De la mano de Valeria Golino (La puta del rey), actriz que ahora prueba suerte en la dirección, llega Miel, una película que aterriza a la cartelera del mes de abril de manera discreta, pero que sin duda sorprenderá y no dejará indiferente a quien pase por las salas a verla. A primera vista, Miel parece una apuesta arriesgada. Un debut que llevará consigo polémica, y que con lo cual está muy expuesta a un posible linchamiento de buena parte del público. Con todo, considero a Miel una película interesante. Tal vez no sea la primera vez que un director se moja con el tema principal de la cinta, que es la eutanasia, pero desde luego es un buen trabajo sobre ese a veces tabú, y realmente es de agradecer que las cosas se cuenten tal y como son.
La italiana Golino hace de Miel su primer largometraje como directora. Puede que su nombre nos resulte familiar, pues su carrera como actriz es bastante extensa. La hemos visto en clásicos como Rain Man, Leaving Las Vegas o en la francesa Ca$h. Ahora, con su ópera prima y los premios que ha recolectado por diversos festivales de cine europeos, no sería de extrañar ver que repite en el rol de la dirección en un breve periodo de tiempo.
Como mencioné, la eutanasia es el tema principal de la película. Su protagonista, Miel, o Irene, como prefieran llamarle, tiene un extraño trabajo que puede compaginar a duras penas con su vida familiar y cotidiana. Sus largos viajes para conseguir medicamentos hacen mella en sus relaciones sociales, y su trabajo empieza a hacerse difícil de llevar a cabo. ¿Es moral “ayudar” a personas que no pueden seguir con la vida que llevan debido a enfermedades, y no consiguen hacer frente a estar inmóvil en una cama o el tener a la muerte a la vuelta de la esquina?. De eso nos intenta hacer partícipes Valeria Golino, poniendo como intermediaria a su personaje principal, para que hurguemos en lo más profundo de nuestra conciencia.
Técnicamente, Miel es una maravilla. Su fotografía es digna de mención. Nos regala planos que son una delicia, da gusto disfrutar de ellos y contemplar lo preciada que es la vida a través de esta película. El guión, basado en la novela de Mauro Covavich, está escrito en parte por la propia directora. Tiene un tema complicado delante, es cierto, pero su guión consigue que no se regodee en la tragedia, y que tampoco entre en una polémica de opiniones demasiado notable.
Su reparto es discreto en el sentido de la cantidad de actores, porque la calidad lo compensa. Como Irene, Jasmine Trinca (Romanzo criminale), una actriz italiana que ha participado en la memorable La mejor juventud, o en la conocida Manuale d´amore. Su trabajo en Miel es bastante bueno, y deja al espectador con un buen sabor de boca. No tiene pinta de ser una interpretación fácil, pero ella supera la barrera de ser dramática al 100%.
Lo mejor: La fotografía y la necesaria y justa delicadeza con la que Miel trata a sus pacientes.
Lo peor: Que a veces peca de simple y tiene momentos demasiado soporíferos.
Puntuación: 7/10