Creo que ya he dicho en más de una ocasión que las películas románticas no son de mi gusto, pero si me gustan los dramas románticos, esos dramas que cuentan algo más allá del simple romance, esos que tienen unos personajes algo interesantes y un guión bastante sólido. Mi amor, de Maïwenn (Polisse), es una historia que tiene unos personajes que podrían ser interesantes, pero no sabe sacarles el provecho que debería. Además, su historia cae en los tópicos de este cine y vuelve a presentar una trama que hemos visto mil veces y en donde parece que siempre es la mujer la parte de la pareja que es la desquiciada o la que más sufre en una relación de pareja. Cosa que no comparto.
La historia de Mi amor hable de superación. Tony ha tenido un accidente mientras esquiaba y tiene los ligamentos destrozados. Tiene que asistir a rehabilitación y en cada tramo de esta etapa vemos una parte de la relación que tuvo con el “amor de su vida”, ese chico (o chica) que aparece en tu vida y la cambia por completo. Esa pareja por la que las horas no pasan, por la que te desvives. Hasta que llega el punto de inflexión y de abrir los ojos. En esta ocasión lo vemos a través de los celos de Tony, la cual vive desmedida por Georgio, el cual quiere estar con ella, pero también quiere su espacio. Todo esto desemboca en mil y una discusiones que vemos en pantalla y nos llevamos las manos a la cabeza al ver las reacciones de ambos personajes, lo cuales tienen diálogos o situaciones extrañas. Repetitivas diría yo. Y acaba sacándote de la película.
También lo hace porque parece que nos hemos anclado en el tema de que en las relaciones de pareja los hombres son siempre los duros, los que nunca caen, los que si terminan una relación al minuto comienzan otra y tienen a otra mujer comiendo de su mano. Y que las mujeres, puestas de débiles, sufren y tardan mucho en darse cuenta de que ese hombre no va a volver. Esto me cabrea mucho. Las mujeres no son siempre las que más sufren, es más, sufren los dos. Que se muestre ese dolor al exterior es otra cosa, pero todos sufren, pero en las películas parece que siempre son ellas las que más. Maïwenn falla clarísimamente en estos aspectos. Construye una mujer débil, una mujer muy susceptible y que a la mínima monta en cólera. Y esto para mí es un fallo, que en este tiempo sigamos cayendo en esto, me cabrea.
Ellos están bien, tanto Vincent Cassel (El niño 44) y Emmanuelle Bercot (En solitario), que cumplen en los papeles que les ha puesto Maïwenn. Cierto que parece que Cassel ha nacido para interpretar a personajes chulos o que todo les importa nada y menos. Ella cumple en las dos facetas, como la mujer adulta destrozada en un hospital al romperse los ligamentos, como de esa mujer desquiciada por el amor que tiene hacía su hombre. En definitiva, Mi amor podría haber sido algo mejor, pero su duración y que siempre caigamos en los mismos tópicos de siempre en cuanto al amor consiguen que la cinta se convierta únicamente en algo pasable sin más.
Lo mejor: La naturalidad de algunas situaciones.
Lo peor: Que siempre se caigan en los mismos tópicos en cuanto al amor.
Puntuación: 4/10