Los del túnel: Derrumbamiento general

Los guionistas de Camera Café debutan en la gran pantalla con Los del túnel, una cinta que, intentando ser novedosa, acaba siendo una extensión de sketches aglutinados durante algo más de 90 minutos, con la historia de los supervivientes de una tragedia como eje central. Arturo Valls (Villaviciosa de al lado) brilla con luz propia en un vehículo patrocinado por el mismo, y donde también podemos ver a Raúl Cimas (Open Windows), Natalia de Molina (Kiki, el amor se hace) y Manolo Solo (Tarde para la ira), entre muchos más.

Arturo Valls en Los del túnel

Arturo Valls en Los del túnel

Los del túnel arranca después de una tragedia. ¿Qué pasa con los supervivientes? ¿cómo retoman su vidas? dar respuesta a estas dos preguntas es el excelente punto de partida la cinta. También es un acierto jugar con la tragedia en los minutos finales para revelar qué ocurrió exactamente en ese túnel. Pero el problema es que hay exceso de personajes y sólo se le da demasiada importancia a uno de ellos, olvidándose del resto. Toda la acción recae principalmente en el personaje de Valls, que sí, que resulta gracioso, pero que hace que el resto de personajes y tramas sean casi anecdóticas. De hecho hay hasta un personaje que al final de la cinta no sabe que ha pasado con él. Los del túnel es una excelente idea malamente ejecutada. Y la estructura de sketches tampoco termina de funcionar bien, y la repetición de chistes tampoco (el de Los Pecos llega a cansar).

Debuta en la dirección cinematográfica Pepón Montero, uno de los dos guionistas de Camera Café que firman el guión. Montero pone el piloto automático y nos sirve un plato muy televisivo. La iluminación y la planificación, sin apenas adornos o florituras, así lo denotan. Da la sensación como que han rodado mucho y luego en montaje se han dado cuenta que la cosa no cuajaba del todo y han ido resumiendo tramas, cuando lo que deberían haber hecho era quitar personajes. Por poner un ejemplo, en la trama del chaval joven, que esté se quiera reconciliar con su abuela y no le des importancia, y encima lo resuelvas en dos planos, pues sinceramente, se puede suprimir. Esto ocurre con varios personajes y sus tramas. Montero ha dejado caer todo el peso en su amigo Valls quien, como buen productor, se ha asegurado ser el “rey del la fiesta”. La cinta también adolece de frenar el ritmo en su desarrollo, llega un momento a mitad de cinta que parece que la historia no avanza y ese tramo en el hospital se hace casi eterno.

Raúl Cimas y Natalia de Molina en Los del túnel

Raúl Cimas y Natalia de Molina en Los del túnel

Valls está estupendo. Haciendo de imbécil es único. El problema es que puede terminar cansando al respetable debido a que está constantemente en pantalla. Cimas está gracioso pero no deja de ser Raúl Cimas, es decir, no diferenciamos al cómico del actor. Natalia de Molina tiene un personaje que podía dar mucho más de sí, y está desaprovechado. Manolo Solo está simpático (como siempre que hace comedia) pero no termina de provocar esa carcajada de aplauso. Del resto del reparto hay que señalar a Pol López (Ebro, de la cuna a la batalla) quien arranca risas y aplausos en su minutos en pantalla. Un actor curtido en sketches que sabe aprovechar sus momentos.

En resumen, Los del túnel es una comedia que pierde gracia conforme avanzan los minutos, aunque al final parece que quiere remontar. Es una idea muy buena, que incluso como esta planteada en la película daba para una serie de televisión, pero el caso es que esto es cine, y hay un tiempo limitado y se quiere contar mucho. Tampoco ayuda que la película de esa sensación de que es un vehículo exclusivo para el lucimiento de su productor.

Lo mejor: Arturo Valls (aunque llega a cansar).

Lo peor: El ritmo y el exceso de personajes y de tramas.

Puntuación: 3/10

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