Precedida de una enigmática campaña de promoción nos llega Longlegs, la cinta de terror independiente más taquillera del año en USA, y una de las propuestas más interesantes de esta temporada. Tras ella nos encontramos a Oz Perkins (Gretel & Hansel. Un oscuro cuento de hadas), también conocido como Osgood Perkins, hijo del mítico actor de Psicosis, Anthony Perkins, que tras una poca interesante trayectoria como actor, se ha empezado a labrar una solvente carrera como director y con esta, su cuarta película, se ha consagrado como un talento a tener muy en cuenta. Longlegs está protagonizada por la enigmática Maika Monroe (La bala de Dios) y un irreconocible, y grimoso, Nicolas Cage (Dream Scenario).
Una joven agente del FBI debe enfrentarse a un enigmático caso que la conectará con su pasado. Esta es la sencilla premisa de Longlegs, que curiosamente es muy parecida a la de El silencio de los corderos, la galardonada cinta de Jonathan Demme, con la que comparte algunas similitudes. Lo más interesante del guion es que juega con el espectador hasta descolocarle para finalmente ofrecerle una resolución satisfactoria, a pesar de dejar algunas cuestiones al imaginario de este. Es decir, hay una solución final pero quedan incógnitas para el debate, algo que en una cinta de este calibre, y de esta duración (101 minutos) es de agradecer. Longlegs está plagada de referencias al fantástico y al terror, y para nos destripar sorpresas solo apuntaremos la que inmiscuye a la protagonista, llamada Lee Harker, igual apellido que uno de los protagonistas de la inmortal obra de Bram Stoker, Drácula.
Perkins parece que saca una regla, una escuadra y un cartabón para elaborar cada uno de los milimétricos planos de Longlegs. Sin duda, una práctica muy plausible, que en los momentos que rompe con ella sabemos que es porque algo “raro” ocurre en la historia. Muy deudor del maestro David Lynch, Perkins nos regala escenas tan inquietantes y escalofriantes como su inicio, la secuencia del interrogatorio o el climax final. Este ultimo puede parecer muy sencillo, pero deja un poso más complejo que dará mucho que hablar en los próximos meses. También hay que aplaudir el uso del formato de imagen más cuadrado (emulando a las películas caseras de 8 o 16mm) para narrar los tiempos pasados, y un scope, bien aprovechado, para la línea temporal donde se narran los hechos principales. Mención especial para el incomodo sonido que adorna todo la cinta y que curiosamente también provoca los dos únicos sustos que contiene toda la cinta.
Monroe, que gracias a It Follows hace 10 años, es una de la actrices más solventes dentro del genero de terror y fantástico. Aquí, gracias a sus miradas, hace participe al espectador de todo lo que se le viene encima, y consigue que sigamos su investigación a la par con ella. De aplauso y vítores, aunque nos quedemos con muchas ganas de más, esta un irreconocible (debido al maquillaje) Nicolas Cage. El actor de Renfield no solo logra, con su presencia, genera mal estar, sino que su voz da bastante grima y mal rollo. Sin lugar a dudas otro de los grandes aciertos de Longlegs.
En resumen, Longlegs es una buena película y un excelente producto. Quizá no sea todo lo original que se esperaba de ella, pero su historia atrapa, su director está inspirado, sus actores en estado de gracia y tiene una duración perfecta. Una de las grandes del año.
Lo mejor: Te atrapa desde su primera escena.
Lo peor: Te quedas con ganas de más Nicolas Cage.
Puntuación: 9/10