La mujer de negro: El ángel de la muerte: Hammer de saldo

Una de las consecuencias más funestas del cine, sobre todo del cine contemporáneo, es que un éxito de taquilla ha de tener forzosamente una secuela. Da igual cómo salga, lo importante es que exista, que permita rascar algo más del bolsillo de los espectadores para regocijo de sus productores. Eso es prácticamente una norma no escrita de obligado cumplimiento si hablamos del género fantástico o de terror, por lo que era algo más que previsible que habría un segundo filme de La mujer de negro, uno de los primeros grandes éxitos de la mítica Hammer británica en su regreso. El ángel de la muerte, ese es su subtítulo a pesar de que poca cosa en la película lo justifica, es una demostración más de lo triste que es hacer cine con la única vocación de asaltar la taquilla sin pensar en hacer algo mínimamente decente.

Phoebe Fox en La mujer de negro: El ángel de la muerte

Phoebe Fox en La mujer de negro: El ángel de la muerte

Ha de quedar claro que no importa cómo sea el recuerdo que cada espectador tenga de La mujer de negro. Primero, porque hay que asumir desde el principio que esta secuela va a ser claramente inferior a la película original. Lo es y mucho, aunque quiera respetar ese aspecto a lo Hammer que impregna la cinta. Pero también porque no es, en realidad, una secuela. Como no había mucho margen para seguir adelante, lo que se cuenta en un relato complementario. O prescindible. Mismo monstruo, mismo escenario, misma historia, pero con diferentes y nada relacionados personajes. Es decir, que todo lo bueno que se pueda encontrar en El ángel de la muerte es en realidad continuación de los hallazgos del primer filme, y se circunscribe a ese entorno gótico de terror británico y a esos viejos caserones rodeados por la niebla.

El caso es que Tom Harper (Misfits), director de esta película, consigue mezclar momentos afortunados, planos interesantes y escenas bien planificados con otros instantes que conducen al delirio más absoluto. Y es que hay pocas cosas peores en una película de terror que desconocer hasta sus propias normas, hasta el punto de que al final da igual lo que pasa porque no tiene ninguna razón de ser, ni siquiera en un entorno de fantasía. Los sustos, previsibles desde la misma concepción de los planos en los que se van a producir. Y las buenas ideas, que alguna que otra hay en la historia de La mujer de negro: El ángel de la muerte, quedan escondidas detrás de un desarrollo a veces torpe e inverosímil, donde el único objetivo parece mostrar a la misma criatura fantasmagórica de la primera entrega. Cómo hacerlo da igual, el tema es que salga.

Jeremy Irvine y Phoebe Fox en La mujer de negro: El ángel de la muerte

Jeremy Irvine y Phoebe Fox en La mujer de negro: El ángel de la muerte

En realidad, todo es bastante rutinario en la película. No hay nada en La mujer de negro: El ángel de la muerte que despierte un terror aceptable o ligeramente original, no es una película que deje huella ni que tampoco provoque grandes sobresaltos mientras se ve, y su guión llega a unos extremos de previsibilidad alarmantes. No es que se construyan personajes, es que todo lo que hacen y dicen se sabe con meridiana claridad en qué momento va a volver a tener importancia. Y así, el único resultado posible oscila entre la falta de implicación y hasta el aburrimiento. Si al menos el niño que centra la atención fuera inquietante, quizá se podría haber conseguido algo más, pero no es así y a la película se le escapa por ahí la última oportunidad de enganchar.

No es que esta secuela de La mujer de negro no sea una buena película, que no lo es, es que en el fondo da rabia que esto sea todo lo que se puede hacer de un filme de cierto éxito para sacar más dinero del aficionado. Si tienes un buen escenario, si parece que el director sabe rodar y si tiene sobre la mesa medios suficientes como para hacer algo decente, ¿por qué esa manía de conformarse con tan poco? El ángel de la muerte, por muy rimbombante que sea su título, es una pérdida de tiempo de 98 minutos que, como Annabelle suponía para Expediente Warren, mancha el recuerdo positivo que muchos podían tener del filme original.

Puntuación: 3 / 10

Ficha artística y técnica

USA, Reino Unido y Canada. Título original: The woman in black: Angel of Death. Dirección: Tom Harper. Interpretes: Phoebe Fox (Eve), Jeremy Irvine (Harry), Helen McCrory (Jean), Ned Dennehy (Jacob). Guion: Jon Croker y Susan Hill. Producción: Tobin Armbrust, Ben Holden, Richard Jackson, Simon Oakes. Música: Marco Beltrami y Brandon Roberts. Fotografía: George Steel. Montaje: Mark Eckersley. Diseño de producción: Jacqueline Abrahams. Vestuario: Annie Symons.

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