Hay momentos en los que ciertos productores deberían plantearse en dejar morir sus franquicias cuando aun queda algo de dignidad. La jungla 4.0 ya daba síntomas de que la saga estaba acabada a pesar de su interesante recaudación. 6 años después de aquella, y pensando que ya no habría más, llega ahora La jungla: Un buen día para morir, quinta entrega de una saga que acaba de colocarse los clavos en el ataúd, pues aparte de no mostrar nada nuevo, no entretiene ni a los fans más acérrimos de John McClane.
La jungla: Un buen día para morir comienza con McClane preocupándose de su hijo que recientemente ha sido encarcelando, lo que hace que viaje a Rusia (pobrecitos, no tienen bastantes problemas ya, que ahora McClane va a destrozarles su lindo país) para ayudarle. Allí como suele pasar, las cosas no serán lo que parecen y McClane se vera envuelto en una nueva aventura por estar en el sitio equivocado a la hora equivocada. El guionista Skip Woods (X-Men orígenes: Lobezno) no se ha complicado mucho la cabeza y ha hilvanado una secuencia de acción con otro y entre medias ha metido la consabida historia de reconciliación entre padre ausente e hijo rebelde. Ha sido tan perezosa su labor que hasta el villano de la función parece estar aburrido. Incluso el villano de La jungla 4.0 es mil veces mejor, y eso que era correcto y nada más. En fin que si el guión es sencillo y aburrido, la dirección es de feria.
John Moore (Tras la línea enemiga) es un señor que se ha caracterizado por hacer remakes para la Fox como La profecía (2006) o El vuelo del Fénix (2004), por lo que cuando dicho estudio se quiere gastar poco, debe ser el primero en la agenda para ser convocado. Aquí parece que le han dejado la cámara con un objetivo de focal variable (llamado Zoom), pues aparte de abusar de eso planos de acercase al objeto como una bala, durante los primeros minutos es incapaz de poner la cámara en un trípode ni para un dialogo, y en su segunda mitad parece que esta poseído por los efectos especiales, que sea dicho de paso, son bastante flojos. Desde hoy John Moore será conocido como John “Zoom” Moore, ya que es bastante cansino con esta técnica a la cual tampoco sabe sacarle partido, parece que esta diciendo: “Mirar que alto coloco la cámara y como soy capaz de encuadrar un objeto en movimiento muy lejano”. En fin, muy triste.
Lo único salvable de la cinta es la música de Marco Beltrami (Las sesiones), un compositor especialista en reciclar partituras antiguas y que suenen nuevas. Aquí coge el mítico tema del personaje, compuesto originalmente por el fallecido Michael Kamen (Arma letal), y sin abusar de el compone una interesante sinfonía nueva. Destacar también que en los títulos de crédito suena el ultimo éxito de sus satánicas majestades, The Rolling Stones titulado Doom and Gloom.
Hablar de reparto es hablar del peor Bruce Willis (El sexto sentido) que os podáis imaginar. Parece que solo se ha preocupado de coger la pasta y correr, ninguna de sus frases suena creíble, las dice como cansado y sin gracia. El momento de la frase mítica “¡Yipi kai yei, hijo de puta!” es de vergüenza ajena, primero porque esta metido con calzador y segundo porque Willis parece que la dice sin ganas. Muy triste de verdad. Jai Courtney (Jack Reacher) que interpreta a su hijo tampoco tiene mucha carisma, tiene planta para héroe de acción, pero le falta mucho camino por recorrer. Del villano les hablo otro día, pues es igual de vago que Willis. Parece como que estaban de vacaciones pagadas en Rusia e iban por el plato a echar la tarde.
En resumen, desde un principio era consabido que la saga estaba muerta, pero se podía haber hecho un producto más entretenido y mejor, dos cualidades de la muchas que carece La jungla: Un buen día para morir, titulo que ya de primeras suena mal debido a que en su día Die hard fue traducido como Jungla de cristal. Y por recordar un poco el germen, esta serie se caracterizaba por acción acotada, es decir, en un mismo lugar. En las dos primeras se respeto, en la tercera se pudo hacer un poco la vista gorda, pues solo salían de Manhattan en sus últimos 10 minutos, pero en la cuarta y quinta entrega, parece que a McClane le gusta moverse y hacer kilómetros.
Lo mejor: El tema de The Rolling Stones que acompaña a los créditos finales.
Lo peor: Todo, en especial el guión, el director, y la estrella de la función.
Puntuación: 2/10
Muy decepcionante, la verdad, y sin nada de sentido del humor, aunque como había oído que era tan horrorosa, hasta disfruté algunas partes. Temía que fuera cutre, y eso al menos no me lo parece. Lo que más le echo en cara es el secundario, John Jr.; si en la anterior el chaval era la contrapartida de MacClane, era graciosete y le introducía bien los chistes, aquí el chaval este sólo pone cara de chulito y comete el peor error que se puede cometer en estas películas y que John MacClane no ha cometido en 30 años matando terroristas; se toma demasiado en serio a sí mismo.