Ya iba siendo hora que alguien se preocupara en hacer una cinta de animación íntegramente para un publico adulto. Es verdad que durante los años ochenta hubo una cierta corriente de animación para no niños, pero fue enfocada abiertamente a ser clasificada X. Ahora, los responsables de aquella gamberrada llamada The interview, nos traen una comedia de animación muy irreverente no apta para los más pequeños de la casa, pues aparte de su soez humor, también incluye alguna escena subida de tono entre una salchicha y un bollito de pan, algo muy ingenioso, pero quizá algo fuerte para el publico de Cigüeñas.
La fiesta de las salchichas nace de una idea del actor Jonah Hill (Juego de armas), donde los alimentos de un supermercado descubren que cuando son adquiridos por los seres humanos no van a ningún cielo o nirvana como pensaban, sino que son exterminados, pues son ingeridos, cocinados o despedazados. Luego el tándem formado por el actor y guionista Seth Rogen y el guionista Evan Golberg (ambos creadores de ese otro desparrame titulado Juerga hasta el fin) le dieron algo más de empaque al asunto y crearon una historia donde se habla de tendencias sexuales, drogas, y fanatismo religioso sin pelos en la lengua. La fiesta de las salchichas esta estructurada como una road movie. Cuando una salchicha y un bollito de pan se “tocan las puntitas”, piensan que han ofendido al Dios que les elige en el supermercado y se desata un cataclismo en el comercio en plena festividad del cuatro de julio. Los alimentos se unirán en un paseo por el supermercado en busca de respuestas y se encontrarán con una terrible verdad. La historia puede parecer sencilla, pero las ideas que sus creadores lanzan al espectador están llenas de verdad. Desde la clásica idea de hay que respetar a los demás hasta la más utópica de que la vida son dos días y hay que disfrutar. La fiesta de las salchichas cuenta “verdades como puños”.
Resultan sorprendente que una cinta de animación tan bien facturada como esta solo haya costado 19 millones de dólares, teniendo en cuenta los 200 que ha costado Buscando a Dory. Si es verdad que es una animación más sencilla y con menos detalles que la de la película de Pixar, pero resultan igual de efectiva e incluso más cachonda. Los responsables de La fiesta de las salchichas son el veterano animador Greg Tiernan y el director Conrad Vernon (Madagascar 3: De marcha por Europa), y aparte de mofarse de todo y de todos (atentos al cameo de un cantante con un nombre muy alimenticio) consiguen que sus personajes sean encantadores, ya sea una salchicha, un bollito de pan, un burrito o una botella de tequila. Apuntar que la cinta arranca con un numero musical muy cachondo y desvergonzado que recuerda mucho al que usan al comienzo del clásico La bella y la bestia, y que curiosamente ha sido compuesto por el mismo autor de aquella, el imprescindible Alan Menken.
En su versión original La fiesta de las salchichas cuenta con un reparto de voces de quitar el hipo. Seth Rogen es inconfundible y es la salchicha protagonista, Frank. Kristen Wiig (Cazafantasmas (2016)) es el bollito de pan tierno e ingenuo (al menos durante gran parte del metraje. Salma Hayek (Niños grandes 2) es el tierno y sensual taco que da la sorpresa, y un irreconocible Edward Norton (El gran hotel Budapest) es quien se lleva más aplausos. Mención especial para James Franco (Los tres reyes malos) bordando el doblaje de un fumeta.
En resumen, La fiesta de las salchichas era la película de animación dirigida a un publico adulto que estábamos esperando. Chistes con doble sentido, bromas bizarras, canciones subidas de todo, animación jocosa, y mucho más es lo que encontramos en una de las grandes sorpresas de 2016, y encima duro 90 minutos. Imprescindible.
Lo mejor: Su humor adulto, el diseño de los personajes, la voz de Edward Norton, la música de Menken…
Lo peor: Que el diseño de personajes es muy atrayente al publico infantil, a quienes no va dirigida la película en ningún caso.
Puntuación: 9/10