A todos los que les apasione la historia, o simplemente Isabel y Carlos, Rey Emperador picaron su gusanillo, esta es su película. Mucho más veraz y contrastada que la Juana la Loca que nos ofreció Bigas Luna, La corona Partida nos ofrece una versión mucho más panorámica de lo que aconteció entre la muerte de Isabel la Católica y el reinado de Carlos V. Tras la muerte de Isabel, esta deja en testamento que la regencia de Castilla debe caer en los hombros de su marido, Fernando, hasta que su nieto Carlos, hijo de Juana y Felipe, tuviera la edad suficiente para reinar.
El embrollo surge cuando la nobleza castellana, a la que el Rey Católico nunca le entró muy bien, se opone a dicho testamento, reclamando la llegada de Juana, a la que ambos bandos se empeñan en exponer como loca para su propio beneficio. Por otra parte, esta Juana a la que ya se dejó recluida al final de Isabel, se encuentra entre un padre y un marido que la necesitan tanto como les estorba para reinar. El desenlace, por todos conocido, nos muestra a un Fernando que, a diferencia de lo que aquella Juana la Loca de 2001 nos transmitió, tomó la decisión de encerrar a su hija nada a la ligera y con mucha dificultad, aunque sin remedio ya que veía peligrar todo lo que él e Isabel habían construido por las pasiones de su hija.
Con el reparto original que ya pudimos ver al final de Isabel, como Rodolfo Sancho (No habrá paz para los malvados) interpretando a Fernando el Católico, la ganadora del Goya como actriz revelación Irene Escolar (Presentimientos) a Juana , Raúl Mérida (Tres 60) a Felipe y un espectacular Eusebio Poncela (La herencia Valdemar) encarnando al Cardenal Cisneros, se añaden apariciones de personajes pasados, como Ramón Madaula (La por) interpretando a Chacón, e incorporaciones para la ocasión como la de José Coronado (Hijo de Caín) haciendo del Emperador Maximimilano, la película nos relata los intríngulis políticos que se llevaron a cabo para conseguir un Rey para el trono de Castilla tras la muerte de la Reina Católica. La corona partida nos muestra, como bien enseñan los libros a los que a veces parece que no queremos hacer caso, que los malos no eran tan malos y que la loca no estaba tan loca.
La historia está contada con mucha veracidad, con puntos de romanticismo, como pudimos ya ver en las series de Televisión Española Isabel y Carlos, pero en sí fieles a lo que los historiadores muestran. Desde el punto de vista cinematográfico, un gran nexo entre la series Isabel y Carlos, Rey Emperador, que evita a los telespectadores de estas lo que hubiera sido una temporada demasiado corta para tratar el «que paso entre…», mostrándolo en cine con un gran vestuario, ambientación y fieles a la Historia que con tanto entusiasmo se nos quiere mostrar.
Lo mejor: aparte de los actores, la ambientación y el vestuario, demostrando que hacemos películas históricas como nadie. La música, muy bien también.
Lo peor: las escenas de caravanas funerarias, demasiado lentas y largas. Poco papel para Úrsula Corberó (Margarita), cuyo personaje es uno de los pesos pesados de la temporada de Carlos y que en esta película tiene pocos minutos.
Puntuación: 8/10