Me parece mentira que todavía, en pleno año 2016, siga siendo un tema tabú el hablar sobre sexo y todo lo que le rodea. Por eso, cuando películas como Nymphomaniac salen a la luz sorprende más que se hable del sexo que de lo que la película quiere trasmitir. Ahora Paco León (Carmina y Amén) quiere también terminar con ese tabú con KIKI, El amor se hace, una cinta que habla sobre el sexo y las filias sexuales que aparecen en las personas. Todo ello contado con una naturalidad y sin ningún tipo de tapujo por parte del director sevillano. A ello también ayuda un elenco en estado de gracia que hace que KIKI, El amor se hace sea una de las mejores películas españolas del año.
KIKI, El amor se hace tendrá quien diga que se centra en el sexo y en sus diferentes formas, pero quien miré más allá de eso encontrará una película que hablar sobre inseguridades, miedos y relaciones de pareja. Sí, hay sexo, pero en su mínima expresión. Paco León consigue crear una obra maravillosa sin necesidad de recurrir fervientemente a la polémica con escenas subidas de tono o realizando escenas de sexo por doquier. El director se toma mucho su tiempo en presentarnos a los personajes, como son, que les motiva y que buscan en la vida. Pero todos, o casi todos, tienen algo. Una filia. Y eso es lo que mueve la película, las filias sexuales de nuestros protagonistas. Y esas mismas filias hacen que la película ahonde más en ciertos aspectos.
Que la película hable sobre filias sexuales es lo mismo que si hablara del miedo a la oscuridad, es un lanzador hacía temas más importantes. Y entre esos temas están la confianza con la pareja o el miedo que tenemos todos a mostrarnos tal como somos por el que dirán. Estos temas, más el segundo, es el que predomina en la película siendo el hilo conductor de casi todas las historias. Historias muy diferentes entre sí, pero que al final convergen en un mismo punto. Paco León se ha juntado con un elenco de actores que hacen lo difícil muy fácil. Todos ellos consiguen entrar en nosotros y convencernos de lo que nos cuentan, todo de manera inteligente y bien llevado, sin caer en el morbo por el morbo, y eso también es de agradecer a Paco León. Pero hay dos historias que me llegan más, la de Alexandra Jiménez (Embarazados) con David Mora (Afterparty) . Ellos tienen el mejor gag del cine español de la última década: Lenguaje de signos, un teléfono y Skype.
La otra pareja que me encandiló con su historia es la formada por Luis Bermejo (Magical Girl) y Mari Paz Sayago (Carmina o revienta). Los dos son un matrimonio en horas bajas, él con una extraña excitación con las personas que duermen, ella minusválida después de un accidente de coche. Dura, sincera, romántica y con mucho humor negro. Los dos están espléndidos. Natalia de Molina (Techo y comida) y Álex García (La novia) están muy divertidos como una pareja joven que quieren que su relación vaya viento en popa en todo momento. O Luis Callejo (Resucitado) con Candela Peña (Las ovejas no pierden el tren), que se reservan muchos de los momentos más divertidos de la película. Quedarse con una actuación en KIKI es realmente difícil.
KIKI, El amor se hace es una de las mejores películas españolas del año. Es divertida, inteligente, llena de humor negro y que no tiene miedo al qué dirán. Paco León ha conseguido una película sobre sexo donde el sexo queda relegado a una segunda página en favor de unos personajes muy bien desarrollados y una historia que calara en muchos personajes. El duende del director andaluz sigue con él. Y nosotros que lo disfrutemos. Maravillosa.
Lo mejor: El guion, la dirección de Paco y las actuaciones.
Lo peor: Que se piense que es una cinta donde sólo hay sexo y sexo.
Puntuación: 7/10