Jurado N.º 2: Maestro Eastwood

Últimamente parece que muchas de las películas que llegan a los cines están escritas por una IA, son una secuela o no tienen nada que ofrecer más allá de ser un mero entretenimiento. Y para más índole parece que tampoco se puede hacer un cine clásico donde la historia, los personajes y hacer que el espectador piense en la butaca está mal visto. Pero siempre quedarán directores a los que todo les da igual, directores que seguirán ofreciendo su visión, directores con un enfoque clásico y que son capaces de mantener al espectador en tensión durante toda la cinta. Clint Eastwood es uno de esos directores que ya no quedan. Jurado N.º 2 es un thriller judicial como los de antes, un thriller de esos que rezuma clasicismo por todos lados y donde lo que de verdad importa es la historia, los personajes y poner al espectador ante dilemas morales. Es una cinta que funciona a la perfección, donde no sobra ni falta nada y que conseguirá que todos hablemos de ella al terminar la proyección o, al menos, debatir sobre las ideas morales que propone la cinta. Es una cinta que parece que tenía que pasar de tapadillo por las carteleras mundiales y, al final, se ha convertido en una de las mejores cintas de Eastwood en los últimos años.

Jurado N.º 2 es uno de esos thrillers que se van cociendo a fuego lento, donde la premisa es muy sencilla y su desarrollo, a medida que avanza, toma unos tintes morales que harán que muchos estén las menos de dos horas dándole vueltas a la cabeza. Jurado N.º 2 nos pone en la tesitura de que haríamos si fuéramos el culpable de un delito de homicidio ¿Diríamos que fuimos nosotros? ¿Evitaríamos que un falso culpable acabe en prisión? ¿O intentaríamos por todos los medios hacer que ese juicio fuera nulo? Estás son algunas de las preguntas que se hace Clint Eastwood en Jurado N.º 2. Se las hace porque el bueno de Eastwood en ningún momento enjuicia a los personajes y no lanza mensajes sobre lo que él opina sobre el tema, hace que todo, tanto historia como personajes hablen y deja al espectador que sea el que ejecuta ese juicio. Y hay una cosa que hace que todo esto funcione perfectamente y es que consigue que el espectador actúe como los testigos que están en el juicio y sean participes del mismo. No se limita únicamente a que disfrutemos de un entretenimiento, sino que en muchos momentos parecemos miembros de ese jurado o de los testigos que están en él.

Y luego también Eastwood es un cineasta que sigue muy lucido a sus 94 años. No se siente nunca protagonista de lo que rueda y consigue que su dirección, siempre de corte clásica, poniendo el foco de la narración donde tiene que estar. Es una película donde importa mucho la expresión de los personajes, por eso muchas veces opta por primeros planos de los actores para enfatizar su rostro. Y tampoco nada de esto sería capaz sin sus actores, teniendo en Nicholas Hoult y Toni Collete. El primero porque es la cara visible en toda la película, todo recae sobre él y, francamente, cumple con creces su cometido de miembro del jurado que tiene cosas que ocultar, haciendo en muchos momentos una interpretación distante y como que nada tiene que ver con él. Toni Collete lo borda como la abogada que a favor del Estado. En muchos momentos parece que no está actuando y se deja llevar, pero los momentos en el juicio son para quitarse el sombrero.

En definitiva, Jurado N.º 2 es una muestra más del talento de Clint Eastwood detrás de las cámaras. Posiblemente estemos ante la ultima película del director, la ultima gran estrella del Hollywood pasado, pero ojalá siempre nos pueda regalar una película más, porque el cine clásico, aquel donde no hay cabida para tantas piruetas técnicas sigue siendo posible. Un thriller muy bien conseguido y lleno de personalidad.