Y llegó Woody Allen (Blue Jasmine). El director neoyorquino vuelve en su cita anual con una película que posiblemente genere más de una opinión dispar, pues estamos ante un Woody Allen que sigue convenciendo pero que parece que repite las historias cambiando únicamente el escenario donde se desarrollan. También sigue mostrando en cada nueva película a personajes en decadencia, con traumas y más de un problema. Quizás sea porque el bueno de Woody ha encontrado la fórmula para traer su cine año sí, año también. Quizás haya perdido algo de magia, pero lo que no se puede negar es que Irrational Man sigue con el mismo ingenio, energía y vitalidad que el mejor de sus trabajos.
Sigo pensando que soy de los pocos a los que Magia a la luz de la luna les pareció una buena película, inferior a trabajos pasados, pero en definitiva un Woody Allen inventivo y capaz de seguir sorprendiendo. Con Irrational Man pasa algo parecido. Sigue la línea de su anterior trabajo pero en esta ocasión se olvida de la magia y se inventa una historia sobre un hombre en depresión que reactiva su vida al conocer a una alumna (y enamorarse de ella) y realizar una acción que cambiará su vida: Un asesinato. Y así es Irrational Man. Lo mejor que tiene el director neoyorquino es que no engaña a nadie en sus historias y cuenta lo que quiere. Además, quien diga que se aburre en una cinta del director, miente.
El ritmo que influye Allen a sus películas es increíble y siempre pasa algo en pantalla, nunca dejas de ver u observar algo dentro de ella. Si es cierto que quizás estamos en un título donde la acción no tiene grandes subidas y bajadas, sino que se mantiene en un ritmo constante durante sus 95 minutos de película, algo que posiblemente perjudique a la película pues siempre te tiene en el mismo estado de alerta y no lo varía en muchas ocasiones, sólo al final cuando se lanza a la piscina con un clímax final más digno de Wes Anderson (El gran hotel Budapest) que del director neoyorquino.
Pero por suerte, ante esta falta quizás de movimiento en el estado de alerta del espectador, el director se junta con dos portentos de la interpretación como son Joaquin Phoenix (Her) y Emma Stone (Birdman). El primero sigue demostrando que aquella época turbia que tuvo se ha quedado atrás y que puede tanto con el drama como con la comedia. Su profesor de filosofía con problemas de todo tipo levantará más de un aplauso. Y de Emma Stone sólo se puede decir que es de las pocas actrices que con una sola mirada puede dejarte noqueado y sin saber qué hacer. Además, las formas con la que “excita” a Joaquin Phoenix ya las querría más de uno.
Irrational Man es un disfrute más de óptimo. Es ver como Woody Allen sigue haciendo una película al año y, aunque sean más o menos pasables, nadie puede negar que este creador de historias aún tiene cuerda para rato. Yo seguiré disfrutando de su cine, que es sincero, lleno de humor y con unos personajes entrañables a los que les coges mucho cariño. Irrational Man no será el mejor Woody Allen, pero si es un Woody Allen reconocible. Muy recomendable.
Lo mejor: La historia, Joaquin Phoenix y Emma Stone.
Lo peor: Que parece que Allen se dedica a cambiar personajes y contar la misma historia.
Puntuación: 7/10