El dicho popular “segundas partes nunca fueron buenas” siempre ha tenido excepciones. Infiltrados en la Universidad es la ultima cinta en apuntarse a dicho grupo de anomalías. No solo ha mejorado la calidad artística y técnica de la cinta anterior, sino que estamos ante una de las comedias de año. Infiltrados en la Universidad reúne a los directores de la primera entrega Phil Lord y Christopher Miller (Ambos en La LEGO película) con el mismo reparto de aquella, Channing Tatum (Asalto al poder) y Jonah Hill (El lobo de Wall Street), y con la misma formula entre manos, pero con una cantidad de chistes de carcajada y aplauso constante muy superior a los de su predecesora.
Tras los hechos acontecidos en Infiltrados en clase, los policías Schmidt (Hill) y Jenko (Tatum) son destinados a una nueva misión, muy parecida a la de la primer entrega, en la universidad. Allí, esta pareja de policías volverá hacer de las suyas al mismo tiempo que pasan por una crisis en su amistad. Esta claro que el argumente principal no dista mucho del de la primera entrega, pero al igual que aquella, su jefe de policía tiene la explicación. Y es que en Infiltrados en la Universidad, el comisario jefe al explicarles su nueva misión les dice que cuando algo funciona se repite la formula, añadiendo más presupuesto para así intentar repetir el éxito. Tras esta conversación queda claro que esta secuela va ser más de lo mismo pero con más de todo. Dicho y hecho, tras esta charla Infiltrados en la Universidad pasa de ser una comedia simpática a una mofa constante sobre las secuelas y sus problemas. Secuencias como la del psicólogo, la llegada a la nueva sede de los infiltrados, y cada una de las apariciones de Ice Cube (Tres reyes), forman parte de los momentos más cómicos de este año.
Phil Lord y Christopher Miller nunca han ocultado su pasión por Michael Bay (Dolor y dinero), de ahí que esta secuela beba aun mucho más del particular estilo del director californiano pero con muchísima «mala leche» de por medio. La secuencia inicial, la persecución con el cochecito por el campus con explosiones sin sentido, o el espectacular final en Puerto México, así lo demuestran. Atentos al plano de situación del avión pasando por un cartel gigante de Puerto México, ¿les recuerda algo? Sin lugar a duda, la dirección de Lord y Miller es impresionante aunque sea un “choteo” a costa del estilo de otro director.
Jonah Hill vuelve a demostrar que tiene un talento innato para la comedia, pero quien se lleva la palma es Channing Tatum, quien con su composición de “niño grande medio alelado” roba muchas carcajadas y aplausos de su compañero. Mención especial para Ice Cube, el cara a cara con Hill en su despacho y su posterior persecución mediante “Whatsapps”, son momentos impagables.
En resumen, estamos ante una de las comedias de año. Infiltrados en la Universidad dura casi dos horas pero en ningún momento su ritmo imparable muestra bajón alguno. Y por supuesto sus créditos finales ya forman parte de la antología del disparate universal.
Lo mejor: Su constantes mofa de las secuelas.
Lo peor: Tras los créditos finales, da la sensación que aquí muere la saga.
Puntuación: 8/10
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