En 1975 Steven Spielberg (Mi amigo el gigante) atemorizó a toda la población con su cinta Tiburón. Spielberg consiguió que toda una generación tuviera miedo de meterse en el agua después de ver su película. Después de cuatro décadas y un año, el director catalán afincado en Los Ángeles, Jaume Collet-Serra (Una noche para sobrevivir) intenta conseguir la misma proeza con Infierno azul, una curiosa y entretenida propuesta que recuerda al clásico de Spielberg, pero que tiene mucho más en común con la angustia y el agobio que presentaba la excelente cinta de Rodrigo Cortés (Luces rojas), Buried.
Un enfermera, a la que le gusta practicar surf, llega a una paradisiaca playa para honrar a su fallecida madre. Al meterse en el agua se topará con un tiburón que le hará la vida imposible. Así de simple es el argumento de Infierno azul, una mujer contra un tiburón blanco. El guion de Anthony Jaswinski (Vanishing on 7th Street) funciona sin altibajos gracias a varios recursos sucios de guion (ese momento con el ladrón de mochilas). Estos consiguen no dar tregua al espectador. Algo similar ocurría en Buried con ese momento de la serpiente en el ataúd. El introducir un factor familiar traumático en el personaje principal también ayuda a que el espectador empactice más con la historia. Sin duda la historia de Infierno azul funciona como un mecanismos de relojería.
Jaume Collet-Serra consigue con Infierno azul su película más redonda. Su tempo, su duración y su manejo de la tensión en algunos momentos (atentos a la enfermera curándose una “herida”) le consagran como uno de los mejores directores españoles del momento. El incluir la información del móvil y el reloj en pantalla no es novedoso, pero Collet-Serra lo hace con un gusto especial que consigue poner más nervioso al espectador. También hay que aplaudirle por proporcionarlos un videoclip espectacular, con el cuerpazo de Blake Lively como protagonista, a los pocos minutos de arrancar la cinta. Infierno azul esta llena de grandes momentos de los que no podemos hablar para no revelar giros de su trama.
Blake Lively (El secreto de Adaline) se postula con Infierno azul a heroína del año, y encima en bikini. La mujer de Ryan Reynolds (Deadpool) esta soberbia en bikini. En el momento “herida”, antes citado, esta espectacular, consigue transmitir el dolor y la tensión de su personaje hasta al más frío de los espectadores, y encima lo hace en bikini, que es un valor añadido. Tambien es ella quien mantiene el peso de toda la película, pues salvo en escasas ocasiones, Infierno azul es Blake y el escualo en pantalla. Sin duda, Lively será uno de los grandes recuerdos de Infierno azul al salir de la sala.
En resumen, Infierno azul es de lo mejor de Collet-Serra, un entretenimiento de primer orden que no defrauda. Además a los escasos minutos de arrancar la cinta suena El Lado Más Bestia de la Vida de Albert Pla y la película se cierra con el hit Bird Set Free de Sia, ¿qué más se puede pedir?
Lo mejor: El ritmo, la tensión, y Blake Lively en bikini.
Lo peor: Que no funcione el aire acondicionado de la sala donde la estas viendo.
Puntuación: 9/10