Hysteria se enmarca dentro de esas cintas que tiene una premisa muy atrayente, que pueda dar mucho juego, pero que luego van por otros cauces y se quedan en nada. Hysteria narra la invención del vibrador para mujeres. Bajo esta sugerente premisa se encuentra una historia de amor muy tradicional, chico manso conoce a chica guerrera.
Estamos a finales del siglo XIX, un medico (Hugh Dancy) no encuentra su lugar por ser demasiado benévolo con los pacientes en una época de crisis. Tras una larga búsqueda, conocerá aun doctor (Jonathan Pryce) especializado en tratar la histeria de las mujeres y le contrata. Allí deberá curar la histeria de las mujeres a la par que lidia con la revolucionaria hija del doctor (Maggie Gyllenhaal). Indudablemente de lo que se esta hablando y del que hace publicidad el póster de la cinta, la invención del vibrador, es un historia secundaria donde tiene más importancia un personaje secundario que el principal. Como decía en la introducción es una comedia romántica pura y dura.
La dirección de la desconocida en nuestro país, Tanya Wexler, es bastante aburrida hasta el punto de que es muy de la televisión de los años ochenta, usando varias veces el mismo plano, encuadres muy cerrados, todo casi teatral. Si nos fijamos bien hay pocos exteriores, y casi todo se narra en tres escenarios, por lo que debemos estar ante una película bastante barata a pesar de su cuidad dirección artística.
Los actores están cumplidores, destacan los secundarios Jonathan Price (Evita), Rupert Everett (La boda de mi mejor amiga), este como un rico inventor que tiene los mejores chistes de la cinta, y la desconocida Sheridan Smith, en el papel de doncella calentorra de la casa. El dúo protagonista funciona, aunque Hugh Dancy (Martha Marcy May Marlene) es un poco soso, consigue compensar con la replica correcta replica que le ofrece Maggie Gyllenhaal (El caballero oscuro), un poco pasada de vueltas, pero efectiva.
En resumen, estamos ante otra comedia romántica más que no ofrece nada nuevo. Es simpática y entretenida, pero poco más. Pero quizá el momento más picante de la cinta lo encuentren en los créditos final, sin duda una interesante clase de historia.
Lo mejor: Los chistes de Rupert Everett.
Lo peor: Es una comedia romántica disfrazada de algo más picante.
Puntuación: 5/10