Hotel Transilvania: La hija de Drac

La primera incursión de Genndy Tartakovsky, padre de joyas de la televisión como Samurai Jack y El laboratorio de Dexter, en el mundo del largometraje es una comedia ligera que rinde homenaje a los monstruos más míticos de la historia del terror. Hotel Transilvania, a pesar de sus buenas intenciones, se queda un “bluff” aburrido, donde el doblaje en castellano tampoco ayuda mucho.

Drácula y Mavis en Hotel Transilvania

La hija de Drácula se ha criado con su padre, huérfana de madre. Para protegerla de por vida, Drácula monta un hotel/resort para monstruos, con la intención de que su hija no abandone nunca el lecho familiar. Pero se acerca el cumpleaños numero 118 de la niña y esta ha decido que ya es hora de abandonar el nido/refugio, donde no se permite la entrada a los “malvados” seres humanos. Si bien la premisa puede resultar atrayente e incluso simpática (que los monstruos teman a los humanos es una genialidad) no deja de contar la historia de siempre. El miedo paterno al crecimiento de sus vástagos, el miedo a volver a ser herido, el miedo a lo diferente, el miedo…y así podría estar todo el párrafo.

El problema de Hotel Transilvania es que dura 85 minutos y resulta aburrida. Comienza muy simpática, pero conforme avanza la acción se convierte en escenas entre Drácula y el chico que se enamorado de su niña intercaladas con los mejores momentos de la cinta que son los que se suceden el hall del hotel. De los números musicales, casi incomprensibles en nuestro idioma se podría hacer un solo artículo, así que lo resumiere en una palabra: Nefastos. Eso si, el chiste sobre Crepúsculo es antologico.

Sin duda el punto fuerte de la cinta es la animación y el diseño de los personajes, este ultimo muy gracioso, atentos al hombre lobo vestido como si de un oficinista cualquiera se tratara. Los personajes se hacen muy asequibles para un público juvenil, que no infantil, ya que hay momentos concretos donde un niño de corta edad se puede asustar.

Las 3D no funcionan mal, pero no aportan nada nuevo, tampoco están dirigidas al público más pequeño de la casa, pues no arrojan nada a la platea, sino que se limitan a crear profundidad en los personajes y poco más.

Mario Vaquerizo y Alaska doblando Hotel Transilvania

Otro factor en contra es la manía que tenemos en este país por contratar famosos par a doblar cuando esa no es su función en la vida. Ocurrió con Dani Martín en Escuela de Rock, ocurre con el plantel de Hotel Transilvania, y seguramente en un futuro no muy lejano volverá a ocurrir. ¿Tan difícil es mantener los dobladores originales de esos actores en nuestro país? Un error con visión comercial, cuando se ha demostrado que no por tener estrellas en el doblaje se garantiza el éxito. Véase Igor con Santiago Segura, actor que aquí dobla a Drácula, que en versión original es Adam Sandler (Desmadre de padre).

En resumen, no se si un niño saldrá emocionado de la sala, pero un padre es muy posible que de una cabezada en la cómoda butaca. Mucho colorido, personajes simpáticamente perfilados, pero historia y chistes de segunda categoría. Algún padre lo podría usar Hotel Transilvania como un barato manual de autoayuda para criar a sus retoños.

Lo mejor: Sus primeros 10 minutos.

Lo peor: El doblaje y los números musicales.

Puntuación: 3/10