Entre DC y Marvel han convertido el cine de superhéroes en algo bastante repetitivo, es decir, cada año vemos una nueva película pero siempre protagonizada por alguno de los superhéroes que llevamos viendo desde hace más de una década en nuestras pantallas. Thor, Capitán América, Batman o Superman son algunos de esos personajes que llevamos viendo mucho tiempo. Ahora, James Gunn (Movie 43) se atreve a revolucionar esta industria con Guardianes de la Galaxia, la mejor película de Marvel hasta la fecha.
Y consigue convertirse en la mejor película de Marvel gracias a su ingenio, su originalidad y su mala baba. Guardianes de la Galaxia no sigue las andanzas de un superhéroes, sino la de cinco antihéroes. Cada uno de ellos con su propias características y motivaciones. Pero que deberán unir sus fuerzas para evitar que un peligroso artefacto caiga en manos de Ronan, un villano que quiere apoderarse de la galaxia al completo. James Gunn sabe que aunque la trama puede haber sido vista en mil películas tiene entre manos la oportunidad de realizar la película más gamberra, divertida y alocada de la factoría Marvel.
Desde el primer minuto Guardianes de la Galaxia deja claro que no estamos ante una película de Marvel más. Sino que estamos ante la forma en la que James Gunn entiende como debería ser este tipo de cine, es decir, divertido, gamberro y tomándose así misma no con mucha seriedad, lo que la convierte rápidamente en el mejor entretenimiento de lo que llevamos de año. Gunn entiende el blockbuster como algo espectacular pero también como la oportunidad de convertirlo en cine de autor. Y es que en Guardianes de la Galaxia se nota mucho la mano de Gunn en cuanto a humor y situaciones, algo de agradecer en películas de este tipo donde siempre los directores son meros trabajadores sin la oportunidad de sacar adelante su talento.
Pero no sólo Gunn demuestra su buen hacer. El guión que escribe el propio director junto con Nicole Perlman, es también un pequeño homenaje a Star Wars, pues alguna de las situaciones que vemos en la película recuerdan a las que se pudieron ver en la películas de 1977. Rocket podría ser el nuevo Han Solo, Groot el nuevo Chewbacca e incluso Peter Quill el nuevo Luke Skywalker (salvando que uno es un pueblerino y el otro un ladrón). Además, el clímax final tiene cierto parecido al del Episodio IV: Una nueva esperanza. Esto es lo que se llama homenaje, no plagio o copia barata. Gunn sabe que usar y como usarlo.
Además la cinta cuanta con un elenco donde todos están esplendidos. Podemos decir ya que Chris Pratt (Her) se puede convertir en el nuevo héroe de acción. Con su participación en esta y en la esperada Jurassic World, Pratt tiene todo para serlo. Pero también hay que decir que en Guardianes de la Galaxia está el mejor personaje de la historia de Marvel, Rocket, el pequeño mapache que hará las delicias de todos. Divertido, irónico, bribón y armado hasta los dientes, así es el pequeño mapache, el gran descubrimiento de la película. Bradley Cooper (La gran estafa americana) pone su voz al personaje, al igual que Vin Diesel (Fast & Furious 6) pone su voz a Groot. Zoe Saldana (Star Trek: En la oscuridad) y Dave Bautista (Riddick) son los otros grandes protagonistas de la cinta.
Guardianes de la Galaxia es una película espectacular, ingeniosa, divertida y llena de imaginación. James Gunn ha conseguido revolucionar el cine basado en cómics al realizar una película de acción llena de aventuras y personajes que si se quedarán grabados en la memoria. Guardianes de la Galaxia es la consagración de Marvel y la excelencia dentro del cine de superhéroes, aunque en esta ocasión es más de antihéroes. Brutal.
Lo mejor: El guión, el humor, la dirección y los personajes, destacando Rocket por encima de todos.
Lo peor: Que tengamos que esperar hasta 2017 para seguir disfrutando de estos Guardianes.
Puntuación: 9/10
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