Cuando se estrenó aquella Godzilla, de Gareth Edwards en 2014, pudimos intuir que la cosa iba a ir para crear una antología con los monstruos más espectaculares del cine y de la cultura. Así, llegaron después Kong: Isla Calavera, Godzilla: Rey de los monstruos y Godzilla vs Kong creando así el llamado “monsterverse” donde veríamos la lucha entre estos monstruos mientras los humanos somos meras comparsas dentro de la ecuación. Si es cierto que muchas de estas películas quisieron darle un protagonista a los humanos mayor del que merecían, por aquello de querer contar una historia o algo, pero menos mal que parece que todo estaba encaminado para Godzilla y Kong: El nuevo imperio. No es solo que podamos estar ante una de las mejores películas del “monsterverse”, sino que al fin han sabido darle el protagonismo a los que de verdad importan: Los monstruos. Adam Wingard, director de Godzilla vs Kong, sabe ya perfectamente que es lo que espera la gente de una cinta donde los dos iconos monstruosos por antonomasia están enfrentados. El resultado es un espectáculo donde prima por encima de todo que el espectador se lo pase en grande y disfrute de la cinta definitiva del “monsterverse”.
Godzilla y Kong: El nuevo imperio coge el testigo desde el fin de la anterior, donde Godzilla y Kong firmaban una especie de tregua si no invadían uno el mundo del otro, por ello tenemos a Godzilla en la tierra, protegiéndola de los titanes, y a King Kong en el mundo hueco donde sigue en la búsqueda de alguien como él. Pero pronto algo pasa y ambos tendrán que volver a unir fuerzas. Y es que lo cierto es hasta aquí donde quiero comentar sobre la trama, pues esconde más de una sorpresa que seguramente los fans agradezcan. Pero si que es cierto que la trama de Godzilla y Kong: El nuevo imperio no da tiempo para pestañear, pues parece que, desde que se presentan a todos y cada uno de los personajes, la película parece un clímax constante de acción, de giros y de espectáculo con los monstruos de primer orden. Da gusto ver como un blockbuster, que está hecho para el entretenimiento del público, asume esa naturaleza y nos regala un espectáculo para disfrutar con palomitas y tener constantemente una sonrisa en la cara. Es cierto que muchos blockbusteres actuales están más preocupados por parece trascendentales que se olvidan del espectador. Pero eso no ocurre con Godzilla y Kong: El nuevo imperio.
Y es que al fin parece que han conseguido dar en la tecla correcta sobre como enfocar la historia. Y ese enfoque no es otro que dejar de lado a los humanos para tener a los monstruos casi constantemente en pantalla y que sean los verdaderos protagonistas. Pero eso no quiere decir que la trama humana esté sin más, no quiero decir, quiero decir que la historia humana está al servicio de la monstruosa, que ambas se unen para darle a los monstruos ese protagonismo. No ocupan casi todo el relato como si hacían en gran parte de las cintas del “monsterverse”. Así aquí tenemos a Godzilla y Kong, junto con algunos invitados, en pantalla dándose puñetazos, patadas, hachazos y lanzándose fuego radioactivo. Pero hay una pequeña curiosidad que me ha pasado con la trama de Kong y es que no he podido parar de pensar en God of War (2018), pues su trama tiene ciertas similitudes con la trama del juego de Santa Mónica Studios. Y es que han sabido darle a Kong un giro más que interesante y donde no solo importa lo fuerte que pegue o sus enfrentamientos con Godzilla, sino que también han querido hacer que pueda cuidar de alguien más, que se preocupe por algo más. Y eso, lo cierto, es de agradecer.
Y, quizás, el otro gran punto de la cinta es que es totalmente desenfadada. Esto se nota en la toma de decisiones de ciertas acciones, en la presentación de algunos personajes y de la introducción de música rock de éxito en un momento que, en otra película, hubiera sido dramático. Y es que escuchar a todo trapo el I was made for lovin’you, de Kiss, es algo que pondrá en pie a más de uno en la sala. Por momentos recuerda a lo que hicieron en Kong: Isla calavera, donde la música era un personaje más, en especial al inicio de esta. Y es que Adam Wingard ha sabido darle al “monsterverse” lo que llevaba tiempo pidiendo a gritos que no es otra cosa que monstruos pegarse con monstruos y que los seres humanos quedasen relegados a un segundo plano. Además, Wingard lo de hacer películas desenfadadas y que sorprendan sabe un rato, no hay más que ver The guest y You’re the next, donde conseguía unir perfectamente géneros como el terror, la comedia, la acción y el estilo ochentero. Y, quizás, otro peso importante ha sido el no tener a una mega estrella en el elenco a la que hubiera que sacar en pantalla si o si, es por eso por lo que quizás hayan tenido más libertad con el elenco que hay, que ojo, es bastante bueno: Rebecca Hall, Dan Stevens o Brian Tyree Henry que funcionan con creces dentro de este espectáculo monstruoso.
Godzilla y Kong: El nuevo imperio es una cinta brutal, desenfadada y donde prima el espectáculo por encima de todo. Es una cinta en donde al fin los monstruos son los protagonistas y los seres humanos quedan relegados a un segundo plano. Puede ser la cinta definitiva sobre el “monsterverse”. Larga vida a Godzilla. Larga vida a King Kong.