Godzilla: Rey de los monstruos: Rey no hay más que uno

Soy, posiblemente, de los pocos que defienden Godzilla (2014) como un ejercicio de puesta en escena muy bueno y que ha asentado las bases para las siguientes películas de monstruos. Gareth Edwards (Rogue One: Una historia de Star Wars) quiso realizar un trabajo más pendiente es mostrar como los humanos vivimos un “apocalipsis monstruoso” que en mostrar a los monstruos propiamente dichos pues no es hasta el final de la mismo cuando vemos en todo su esplendor a Godzilla luchando contra MUTO, pero el resto de la cinta era insinuar más que mostrar. Ahora, cinco años después de aquello, Michael Dougherty (Krampus) continúa la historia de aquello con la cinta sobre el Rey de los monstruos que esperábamos. Godzilla: Rey de los monstruos es la celebración de la gamberrada, de la acción sin medida, de luchas encarnizadas y de un espectáculo pirotécnico realmente impresionante, pero todo esto no quita que intente darle a la cinta su dosis de drama/historia perfectamente equilibrada con la apoteosis de la acción. Godzilla: Rey de los monstruos es una auténtica fiesta.

Comenzando inmediatamente después de los acontecimientos finales de Godzilla (2014), la historia nos llevará por diferentes regiones del mundo donde los monstruos están despertando y solo hay uno capaz de dominarlos a todos, aunque hay otro que puede hacer que las cosas no salgan como se preveía. Una cosa que se rescata, y se nota mucho, de la anterior película es sus ganas de querer continuar una línea visual y estética muy marcada. No solo se pudo ver esa estética en Godzilla (2014), sino que también en Kong: Isla calavera había un ánimo por continuar con esa estética, aunque luego el tono de la cinta y el interior fuera distinto, pero querían mantener esa línea estética. Michael Dougherty lo lleva mucho más allá al regalarnos alguno de los planos más icónicos del cine de monstruos o catástrofes, y al llevarnos a un nivel superior en cuanto a este tipo de cine se refiere. Y es que, si la anterior cinta se había centrado en la insinuación, en Godzilla: Rey de los monstruos pasamos completamente a ver en todo su esplendor a los diferentes seres que habitan la tierra, siendo cuatro los grandes protagonistas: Mothra, Rodan, Ghidorah y Godzilla.

Y es que estos cuatro monstruos son los que llevan la batuta de la historia, de la acción y de la épica. Los humanos estamos en la cinta como meros espectadores de lo que acontece en el mundo, pensamos que somos capaces de destruir a estos seres, pero nada más lejos de la realidad. Y eso lo sabe perfectamente Dougherty. Sabe que esta película no es una película sobre los humanos contra los monstruos, es una película de monstruos contra monstruos, y cuanto más grandes y terroríficos, mejor. Y es que la película da exactamente lo que se nos prometió con los tráilers. Monstruos enfrentándose a otros monstruos. Y es que quien busque aquí cine de autor experimental que se meta en otra sala, pues lo que Michael Dougherty ofrece es un espectáculo de luces y color a todo volumen, con una banda sonora que erizará la piel y hará que todo sea el doble de épico de lo que ya es de por sí. Y es que la epicidad de la cinta es algo que la suben todavía más de nivel. Y todo eso hay que sumar el buen hacer de Millie Bobby Brown (Stranger Things), Vera Farmiga (Expediente Warren: El caso Enfield) o Kyle Chandler (El lobo de Wall Street) que consiguen, a pesar de saber en que tipo de película están, conseguir unas interpretaciones convincentes.

En definitiva, Godzilla: Rey de los monstruos es uno de los espectáculos del año. Ofrece lo que se prometía en un principio, siendo un espectáculo en imagen y sonido, así como en el enfrentamiento entre las criaturas que pueblan la cinta. Michael Dougherty consigue equilibrar perfectamente el drama/historia con la acción desenfrenada. Una cinta que continúa lo que se comenzó en 2014 pero que lo lleva a un punto todavía más alto. Un blockbuster de primera.

Puntuación: 8/10