Glass (Cristal): Y el “hype” se comió a La Bestia.

Una de las película más esperadas de la temporada es Glass (Cristal), continuación directa de Múltiple y secuela tardía de El protegido, dos de la obras más interesantes del director indio afincado en Estados Unidos M. Night Shyamalan (La visita). La anunciada conclusión de ambas cintas (eso está por ver) se salda con una decepción absoluta. Glass (Cristal) es una cinta hecha con prisas, que quiere agradar a muchos pretendiendo dejar todo cerrado, y presentando un clímax que intenta sorprender pero que se ve venir de lejos. Regresan a la saga Bruce Willis (El justiciero), Samuel L. Jackson (Como la vida misma), y el imprescindible James McAvoy (Inmersión).

 James McAvoy y Bruce Willis en Glass (Cristal)

James McAvoy y Bruce Willis en Glass (Cristal)

La historia de Glass (Cristal) parece un remake de El protegido pero aprovechando el tirón de Múltiple. Es decir, la cinta protagonizada por Willis fue un fracaso en su estreno y además fue una película de gran presupuesto. Se quedó relegada a título de culto, y mucha gente, a día de hoy, aún la siguen detestando. Sin embargo la cinta con McAvoy costó dos perras y fue un éxito internacional. ¿Qué pasa con Glass (Cristal)? Que se ha aprovechado la secuela sobre La Bestia para indagar en el universo de héroes y villanos que planteaba El protegido. Si bien la historia arranca estupendamente, conforme avanzan los minutos da la sensación de soltar un discurso que ya hemos oído, y todo lo que en las cintas anteriores se sugería aquí tiene su explicación (y remarque) para dejar todo claro a todo el mundo. El sorprendente final con el que Shyamalan nos tiene acostumbrados en sus películas resulta que no es tan asombroso como se esperaba.

Pero quizá lo más sorprendente de Glass (Cristal) es la dirección de Shyamalan. Una dirección monótona y algo aburrida donde los increíbles planos secuencias y los impresionantes encuadres de otras de sus obras brillan por su ausencia. Si vemos Múltiple y El protegido seguidas encontraremos un parámetro en la dirección digno de aplauso, pero aquí… parece que se ha quedado en la sala de montaje. El primer montaje duraba 200m y se ha rebajado a 128 minutos, y lo más lamentable es que el director, nominado al Oscar por El sexto sentido, ha reutilizado material descartado de las cintas anteriores para completar esas algo más de dos horas de metraje. Lo incomprensible es que si en su día se descartaron que le hizo pensar a Shyamalan que podrían funcionar. Una pena.

Samuel L. Jackson en Glass (Cristal)

Samuel L. Jackson en Glass (Cristal)

Willis… es Bruce Willis y ya está. Ha venido a cobrar su cheque, a poner cara de héroe a la fuerza, y hasta otra. Samuel L. Jackson es un secundario con un par de frases antológicas. Si bien el actor washingtoniano no está mal, es muy triste que el personaje que da título a la cinta quede relegado a segundo plano, pues una vez más McAvoy se vuelve a llevar el gato al agua y nos brinda un interpretación premiable y plausible. También se pasea por la cinta personajes de las otras dos entregas anteriores, y Sarah Paulson (Ocean’s 8), la nueva incorporación a este universo.

En resumen, como ocurrió en su día con El protegido, Glass (Cristal) decepcionará a muchos pero agradará otros tantos con su discurso sobre héroes y villanos del tebeo. A todos aquellos que siguen entrando a su juego les parecerá fascinante, pero el caso es que finalmente lo que cuenta, ya lo contó en aquella cinta que inauguró siglo, y si aquella solo necesita 106 minutos y dejaba muchas cosas a merced del espectador, esta se va madre y deja todo bien clarito.

Lo mejor: James McAvoy.

Lo peor: La poca interesante dirección de Shyamalan.

Puntuación: 4/10

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