Fuego en el mar: El mar, vida y muerte

Fuego en el mar podría ser vista de diferente manera si no fuera porque ganó el Oso de oro en el pasado festival de cine de Berlín. Desde entonces su paso por otros festivales hacen que, quizás, la crítica sea despiadada y no comparta el entusiasmo levantado para haber sido galardonada con un premio tan importante. Y lo cierto es que seguramente no mereciera tanto reconocimiento. Fuego en el mar no es una mala película, pero tampoco es algo realmente meritorio de un premio. Es un documental sobre la vida en la isla de Lampedusa, una isla italiana sacudida por la cantidad de inmigrantes que mueren en sus aguas a diario, y también es un documental sobre la vida en la propia isla, una isla que vive del mar. Curiosamente, vida y muerte en el mar. Tema interesante, documental bastante incoherente.

Samuele Puccillo en Fuego en el mar

Samuele Puccillo en Fuego en el mar

Gianfranco Rosi (Sacro Gra) no entra en ningún tipo de opinión o de juzgar lo que graba con su cámara. Únicamente filma lo que ve en su estancia en la isla, que fue de un año, y sobre todo se siente especialmente atraído por la vida preadolescente de la isla. Una vida en donde todo el mundo es o sueña con vivir del mar, pero Samuele no, Samuele quiere ser otra cosa, pero alejado del mar. Y es intercalando la vida cotidiana de Samuele con las imágenes de todas las personas que intentan cruzar el mar para huir de su país donde se encuentra lo mejor de Fuego en el mar. Pero destaca en esos momentos, cuando realmente se vuelve interesante, porque ciertamente, la vida de Samuele interesa poco o se convierte en algo monótono y termina por aburrir. Luego vienen imágenes de las personas que sufren por buscar una vida nueva y es cuando me intereso.

Y este es el principal problema de Gianfranco Rosi, no sabe mantener la atención en su obra demasiado tiempo. Cuando te va ganando poco a poco, o sabes de que va a ir la película, es lo que esperas encontrar. Pero a medida que avanza la cinta ves que lo único interesante es las partes de las pateras, la parte marítima, no la del niño y su tirachinas. Pero es entendible esta división que, como he dicho antes, quiere reflejar dos tipos de vidas marítimas: La de los que buscan un nuevo hogar y de los que viven del mar. Si se entiende así desde el principio la cinta es más fácil entrar en su juego y que termine convenciendo a los espectadores. Y es, en su tramo final, cuanto más acertado está el director italiano en cuanto a contar lo que quiere, pero claro es el final, tu atención ganada va a durar poco.

Fotograma de Fuego en el mar

Fotograma de Fuego en el mar

Y aunque no sea una película redonda, tenga muchos fallos (en especial de planificación) es una película que hay que ver para entender, quizás, cosas que no entenderíamos si no somos gente que vive esta situación a diario. Es una película que convencerá a quienes busquen algo así, pero quienes no entren en su juego van a acabar bastante desesperados y mirando el reloj cada poco tiempo.

Lo mejor: Las partes en las que aparecen quienes buscan una vida mejor.

Lo peor: La secuencia de los espaguetis.

Puntuación: 5/10

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