Cuando Crash logró uno de los Oscar a mejor película más inexplicables de las últimas décadas abrió la puerta a un cine coral que era mucho más simple de lo que sus complicados envoltorios dejaban ver. Paul Haggis, su director, se convirtió en uno de los nombres de moda de Hollywood, y eso le permitió forjar una merecida fama de buen guionista gracias a sus trabajos para Clint Eastwood (en Million Dollar Baby o Cartas desde Iwo Jima) y su aportación a la saga de James Bond (Casino Royale), pero desde entonces se ha ido mostrando como un director francamente endeble. En tercera persona viene a ser la confirmación de que hacer una película coral bajo sus normas es casi imposible y que, efectivamente, sigue teniendo un enorme poder de convocatoria para los grandes nombres del cine norteamericano.
La premisa de la película, que en teoría tendría que ser su conclusión pero que se ve venir a la legua, es interesante. Haggis, guionista y director, tiene una buena historia que contar, sí, pero da la impresión en todo momento de que no sabe cómo contarla, de que no es capaz de equilibrarla para que el peso de los personajes y las tramas sea ligeramente parejo y se deja llevar por la seducción de alargar la película en exceso, hasta los 137 minutos, con escenas a veces superfluas y con un interés decreciente en muchos aspectos. Otra impresión que deja, complementaria a esta, es que hay una buena historia en la trama central del filme, la que protagonizan Liam Neeson (V3nganza) y Olivia Wilde (Her), pero se diluye por la fallida pretensión de llevarla a un nivel más elevado.
Estos dos grandes problemas de En tercera persona dan mucho en qué pensar sobre esta forma de crear cine, la de las historias cruzadas, que busca un aura de gran cine que demasiadas veces no tiene ni merece. Haggis maneja aquí una historia potencialmente buena, pero se lía innecesariamente. Su conclusión es bonita, pero nada de lo que ha contado en las más de dos horas anteriores refuerza sus planteamientos narrativos. Y en el camino para hacer que todas las historias confluyan, algo imprescindible en este cine coral, se encuentra con escenas y giros que no tienen demasiado sentido, que simplemente sobran y lastran el conjunto. Haggis no naufraga porque, aunque no sea capaz de dar forma a un guión complejo sí consigue que algunas de sus escenas tengan una enorme intensidad emocional.
Claro que a ratos queda la sensación de que esos méritos son también, o quizá principalmente, obra de su reparto. El carisma de Liam Neeson, una espléndida Olivia Wilde que pide a gritos algún papel memorable que haga de ella una actriz más importante en el cine actual, unos correctos James Franco (The Interview) y Mila Kunis (aunque se sigue echando de menos a la brillante actriz que dio la réplica a Natalie Portman en Cisne negro), unos intensos Adrien Brody (Midnight in Paris) y Maria Bello (Niños grandes 2), y una bastante desaprovechada Kim Basinger (La gran revancha), además de una notable Moran Atias que ya había colaborado con Haggis en Los próximos tres días, son quienes llevan las mejores escenas de la película a niveles que permiten esa conexión con la historia que En tercera persona no provoca por sí sola.
A la película no sólo le pesa la endeble conexión entre las diferentes historias, que no se empieza a vislumbrar hasta los 40 minutos de la película (en realidad, si se presta la suficiente atención, ahí ya queda resuelta la propuesta del director, por lo que su larguísima duración se convierte en todavía más difícil de comprender), sino que Haggis no ayuda demasiado con un montaje errático, que interrumpe constantemente las escenas con la inclusión de insertos de las otras tramas que no logran la conexión emocional que pretenden. Al final, En tercera persona es un pequeño galimatías que desarrolla una idea ocurrente pero que tiene agujeros por todas partes. Hay escenas brillantes, momentos incluso de genialidad, pero es difícil no entender el último trabajo de Haggis como un paso más en la cuesta abajo de una carrera como director que se lanzó desmedidamente con Crash.
Puntuación: 4/10