Paul Verhoeven (Showgirls) ha vuelto. Quizás mi juventud no me permita hablar con toda la autoridad que me gustaría de un director que revolucionó el mundo del cine en los 80 y 90. Un director que ha regresado después de diez años sin película para estrenar. Y un director que vuelve para demostrar que el cine inteligente, divertido y diabólicamente sádico pueden seguir teniendo su hueco si sabes cómo afrontarlo. Elle es un producto 100% Paul Verhoeven. Elle viene para destrozar todos esos thrillers que se toman tan en serio que acaban por ser una parodia no intencionada. Elle tiene tintes de thriller, de drama y de una comedia negra tan deliciosamente malsana que no permiten que quites los ojos de la pantalla. Elle es una muestra más de que el cine necesita más producciones así, producciones que te hagan disfrutar de algo que en la vida real jamás disfrutarías. Y Paul Verhoeven es un maestro en ese aspecto.
El inicio de Elle te pone ya con la guardia alta, pensando que vas a ver una cinta dura, un drama potente en relación a un acto sexual. Pasados cinco minutos la sonrisa comienza a asomarse por la cara. No una sonrisa tonta, una sonrisa más perversa que otra cosa. Y al final acabas sucumbiendo a la carcajada. Solo Verhoeven hubiera sabido dotar de ese humor negro (el guion de David Birke basado en la novela “Oh…” de Philippe Djian tiene también parte de culpa) a una cinta que hablar sobre una violación y cómo continuar el día a día después de eso. A partir de ahí, Verhoeven comienza a jugar con el espectador, haciéndole estar en una situación que seguramente nunca ha estado, y preguntándose «¿Qué está pasando?» Y es que Verhoeven realiza una mirada muy cínica sobre el concepto de familia. O sobre ese “ideal” de familia que todos persiguen y que al final acaba derrumbándose. Y es que la forma en que tiene de atraparte Verhoeven es única.
Es única porque el director juega constantemente con ciertos trucos para no dejar al espectador que tenga un momento de respiro. Cuando piensas que la cinta va a tomar una dirección, rápidamente cambia de rumbo y gira hacia otro completamente distinto. Y cuando se va acercando el final, vuelve a cambiar para colocarte en una posición de duda. De quien es realmente el villano (si es que lo hay) de Elle. Y enlaza secuencias en donde el espectador no para de pensar que no es posible lo que esté sucediendo en pantalla. Y aquí es donde entra en juego ella, Isabelle Huppert (Amor). El papel de Huppert en la cinta no es el de simple protagonista, es el de una mujer que destroza en cada movimiento, en cada mirada, en cada brusquedad que tiene y en llevar ese deseo lascivo hasta límites insospechados. Isabelle Huppert, quizás, realiza la interpretación más desatada de su carrera. Quizás con otra actriz la cosa no hubiera funcionado, pero con Huppert nunca hay duda.
Elle es una obra magistral. Es una obra que te deja huella a medida que va pasando el reposo que has hecho de ella en la mente. No es de digestión fácil para algunas personas, para otros su digestión es un goce tremendo. Paul Verhoeven ha vuelto para demostrar que el cine no tiene que ser siempre serio, sin salirse de la norma, ser siempre políticamente correcto. Elle es cine serio, con toques de mucho humor, se sale de la norma y es políticamente incorrecto. Por favor, Paul Verhoeven, nunca te vayas tanto tiempo.
Lo mejor: Paul Verhoeven, Isabelle Huppert, el guion…todo.
Lo peor: Que no se entienda el humor negro de la cinta.
Puntuación: 10/10