Sé que quizás llego algo tarde para hablar de Elemental, la nueva joya de Pixar, pero nunca es tarde si la dicha es buena ¿no? Llego tarde porque en este viaje que es la vida el tiempo, el estado de ánimo o las diferentes sensaciones que experimentemos pueden hacer que nos apetezca hacer algo o no. Últimamente no he encontrado el mejor momento para hacer mis pasiones como son ir al cine, escribir sobre ello o, simplemente, dejarme llevar por lo primero que pille en alguna plataforma. Pero poco a poco los ánimos han ido a mejor, las ganas de ver cine han aumentado y las ganas de escribir también. Por eso llego ahora con Elemental para decir simplemente como me ha roto por completo con su historia, con sus personajes y con la sencillez con la que cuenta una historia de amor, una historia de superación personal y una historia sobre encontrar tu propio camino. Elemental sigue demostrando que Pixar puede hacer lo que quiera y como quiera, siempre encontrarán un modo de tocar al espectador en sus sentimientos más profundos, hacerles mirar la pantalla y, cuando menos se den cuenta, estar sumidos en un mar de lágrimas. Todo eso ha conseguido Elemental conmigo.
Elemental disfraza en elementos las diferencias raciales que existen en el mundo. Fuego, agua, viento, vegetación… todos están dentro del imaginario de Pixar. Y con eso simple construyen una cinta que, aunque pise ciertos lugares comunes, consigue emocionar a medida que avanza su metraje. Y todo ello con la historia de Ember y Wade. Ember, una chica de fuego, y Wade, un chico de agua, que verán como su mundo se pone patas arriba cuando se conozcan y comiencen una especie de relación poniendo en entredicho las diferencias entre los distintos elementos. Y es que, como en la vida, nunca se puede decir que algo no puede funcionar. Elemental porque a pesar de las diferencias, si algo es de verdad, triunfe. Lucha contra las barreras, contras las ideologías y solo quiere que seamos felices con lo que queremos ser o queramos tener. Así la historia de Ember y Wade va calando, porque respira autenticidad, respira viejos recuerdos que tenemos todos de esa historia que no podemos olvidar porque fue real. Y, aunque parezca que todos los elementos se ponen en contra de ello, termine triunfando.
Y es que Elemental es preciosa. El juego de luces que Pixar consigue con el agua y el fuego, los distintos tipos de animación dependiendo de elemento y como consigue que todo fluya es impresionante. Todavía no me quito de la cabeza la animación del fuego, como se mueve por la película y que diferente es a todo lo que podamos haber visto antes. Y también es preciosa en su historia, en su ejecución, en su música y en como hace que todo vaya fluyendo. Porque, aunque sea una historia de amor realmente increíble, también es una historia sobre padres, sobre hijos, sobre dejar salir del nido y sobre el futuro que cada uno quiere. Es precioso ver como Pixar va tocando todos estos temas sin dejar de lado ninguno de ellos. Viéndola he visto momentos de mi vida, momentos con mis padres o charlas que he tenido con ellos. Y simplemente por el hecho de haberme echo retroceder a otro tiempo, la película merece cualquier elogio. También respecto a temas de amor. Porque, aunque muchas veces puede que nos hagamos los duros respecto a temas del corazón, al final, siempre nos afecta de alguna manera. Y si es de verdad, todo se ilumina.
Odio mucho cuando se usa la muletilla de “un algo menor” en este caso respecto a Pixar. La compañía del flexo sigue haciendo el cine que quieren, siguen ofreciendo historias diferentes, historias con mensaje y con momentos realmente mágicos. He llorado más con un simple toque de manos en Elemental que en muchas películas que quieren emocionar. Elemental es otro éxito más, es otra maravilla y es preciosa. Una auténtica joya.