El páramo: Indisciplina y brujería colombiana

Todo hay que decirlo, El páramo me ha sorprendido. Debo confesar que antes de ver la película no tenía unas expectativas muy altas puestas en ella, pero lo cierto es que sin llegar a retractarme, tengo que decir que es una aceptable obra de terror. La película de manufactura colombiana está dirigida y escrita por el cineasta Jaime Osorio Márquez, que hace de ella su ópera prima. Tanto antes como después de ver el film, es muy difícil evitar las comparaciones con otras películas de terror, pero debemos ser coherentes y darnos cuenta de que el cine sudamericano está creciendo poco a poco, y El páramo es una respetable prueba de ello.

Fotograma de El páramo

Fotograma de El páramo

El argumento nos centra en una única localización: unas altas, frías y nubladas montañas de Colombia donde hay una base abandonada. Un grupo de soldados encabezados por un teniente (al que todo el mundo se pasa por el arco de triunfo), se disponen a investigar la zona. Tras un accidente comprueban que allí ha pasado algo muy raro, y hallan a una extraña mujer que repercutirá de una forma muy contundente en el comportamiento de los soldados. Decir más sería estropear las abundantes sorpresas que se esconden en El páramo.

La cinta mantiene al espectador en un trance de tensión desde el principio hasta el fin, y eso gusta. No hay preliminares, no hay presentaciones ni nada que a lo largo de la historia pueda resultar prescindible, y en ese aspecto hay que atribuirle los méritos al director Jaime Osorio Márquez. La cámara muestra los sucesos y la angustia vivida por los protagonistas y nos la transmite eficazmente. Se puede llegar a percibir el miedo humano, el terror por lo desconocido, y aunque no sea en exceso, eso en el género de terror de la industria hollywoodiense ya es algo difícil de encontrar a día de hoy. Bien es verdad que se hay unas cuantas ideas y situaciones descabelladas en el guión, pero es que a fin de cuentas la película no pretende jugar con eso. De hecho, si nos ponemos a mirar dicho guión a groso modo veremos que cuando un soldado habla, siete palabras de cada diez suenan algo parecido a “puta”, con perdón.

Fotograma de El páramo (2)

Fotograma de El páramo (2)

En cualquier caso, y pese a sus fallos visibles, es cierto que El páramo entretiene más que algunas masterpiece de esas que rondan cada año por los Oscar. No obstante, para tener 100 minutos de metraje es un logro el no aburrir. Algo curioso es que hay sangre por todos lados, pero no se ven las típicas escenas desagradables de gente desangrándose a borbotones, cosa que dependiendo del público gustará más o menos. Como pega, a la mujer la encuentro muy “estándar”. Es decir, es un personaje básico que si rebuscamos nos damos cuenta deque lo hemos visto mil y una vez en muchísimas películas de terror. Por eso, aunque cumple la función de resultar escalofriante, no llega a asustar porque todo lo que hace es predecible. La indisciplina de los soldados es también un poco delirante. No sé como el teniente llegó hasta una montaña tan alta sin ser pisoteado por unos soldados que durante toda la película hacen siempre lo contrario a lo que les ordenan. Eso sin contar que hay algunos soldados que parece que unos acaban de salir del reformatorio, o bien hay otros que son más blandos que nuestro amigo Justin Bieber. Pero como digo, la trama es aceptable pese a la mejorable impresión que dan el trío mujer-soldados-guión.

El reparto en general está bien dentro de los papeles correspondientes. Unos son más creíbles que otros, pero a mi con que parezca que tienen miedo y me transmitan una sensación de angustia, me vale. De todas formas, me quedo con Juan Pablo Barragán que interpretando a Ponce, que aunque ni de lejos lleva los pantalones, parece que es el personaje más importantes.

Lo mejor: Entretiene. Su ambiente de principio a fin.

Lo peor: Que aunque trata de innovar en el género, arrastra unos clichés muy machacados.

Puntuación: 5/10

Ficha artística y técnica

Colombia, Argentina y España. Dirección: Jaime Osorio Márquez Interpretes: Mauricio Navas (teniente Sánchez), Alejandro Aguilar (cabo Cortés), Andrés Castañeda (sargento Ramírez), Juan Pablo Barragán (Ponce), Juan David Restrepo (Ramos), Nelson Camayo (Fiquitiva, el indio), Mateo Estivel (Parra), Andrés Felipe Torres (Arango). Guion: Jaime Osorio Márquez y Diego Vivanco. Producción ejecutiva: Steven Grisales. Música: Ruy Folguera. Fotografía: Alejandro Moreno. Montaje: Felipe Guerrero y Sebastián Hernández. Dirección artística: Óscar Navarro. Vestuario: Martha Restrepo y Cecilia García.

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