Él me llamó Malala es posiblemente uno de los mejores documentales que se estrenen este año. No hace la función de propaganda de “oh, pobre Malala”. No. Su misión es únicamente contar la historia de esta chica que sufrió lo indecible por luchar por la igualdad de las mujeres en la enseñanza en Pakistán. Su historia conmovió al mundo. Ahora, gracias a este documental, somos muchos los que entendemos del todo ya su propia historia. Contada de manera perfecta entre la ficción y la animación, Él me llamó Malala se cuela dentro de ti, te da bofetadas de realidad y a la vez consigue que rías y llores a partes iguales al ver todo lo que cuenta, y lo mejor, quizás, sea ver como esta chica, a pesar de todo, sigue luchando por lo que luchó, la igualdad. Maravilloso.
Malala Yousafzai en Él me llamó Malala
Quizás, lo mejor del documental sea que no sólo cuenta la historia o el momento del disparo en la cabeza de la joven pakistaní, no. Él me llamó Malala es la historia también de un padre que luchó en todo momento por que su hija se hiciera un hueco en este mundo, un mundo gobernado por desigualdades. Lo único, que no tuvo en cuenta que las consecucias en muchas ocasiones podrían ser perjudiciales o incluso cercanas a la muerte. En Él me llamó Malala destaca por encima de todo la sinceridad con la que está contada, destaca ver reír a Malala cuando hablan de chicos, destaca verla disfrutar con sus hermanos y destaca por ser una historia cercana, que no quiere alejarse del público y nos presenta de verdad quién es Malala, conocida en el mundo entero únicamente por el trágico momento.
Y claro que somos testigos del momento trágico de la joven, pero antes de todo eso hemos sido testigos de su vida, de su familia, de su nueva vida y de cómo está llevando el hecho de que perdiera su inocencia y su juventud en virtud de ser uno de los rostros más conocidos del mundo. Pero a pesar de todo eso, Malala sigue siendo aquella joven que quería aprender y eso lo hace de nuevo. Más complicado que en su país, pero ella sigue estudiando, a la vez que atiende sus compromisos sociales, donde siempre reivindica cosas. Toda esta parte documentada está perfectamente montada, pero lo que quita el hipo y hace que los pelos se estremezcan es la parte animada y esa banda sonora que solo Thomas Newman (Spectre) es capaz de componer y consigue emocionar.
Khushal Yousafzai y Malala Yousafzai en Él me llamó Malala
Él me llamó Malala es uno de los mejores documentales del año. Sabe jugar sus cartas y no cae en ningún momento en el sensacionalismo que podría tener esta historia, sino que nos muestra la vida de una joven que vio como unos salvajes le arrebataron la inocencia por querer la igualdad entre hombres y mujeres en la educación y en todos los aspectos. Al final, durante los créditos finales, la emoción crece todavía más y las lágrimas aparecerán. Simplemente una maravilla.
Lo mejor: Conocer a Malala.
Lo peor: Dura 90 minutos, pero debería haber durado más.
Puntuación: 8/10
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