Parafraseando al gran Camilo Sesto y a su vivir así es morir de amor, “estoy harto de rodar como una noria, siempre se repite la misma historia”, pues El ladrón de palabras es algo así. Es una historia que abarca otra historia que a su vez cuenta otra historia, pero que básicamente todas vienen a contar lo mismo, el amor debería poder con todo.
Un escritor presenta su nueva obra donde habla de un joven que falto de ideas una día encuentra un manuscrito tan romántico que decide apoderarse de el. Poco tiempo después aparece el verdadero autor y le cuenta a verdadera historia acerca del manuscrito. Éxito no equivale a tener todo en esta vida es la idea que trata de trasmitir esta historia, que se mueve en tres momentos y que recuerda mucho a Las horas de Stephen Daldry. Una historia romantica pero con poca garra, y muy previsible.
Los debutantes Brian Klugman y Lee Sternthal, que dirigen y escriben El ladrón de palabras, apuntan maneras pero se quedan algo estancados tras la primera media hora. Un espectador medio ve venir el resto de la cinta tras el planteamiento. Como directores no se mueven mal, pero aun les queda un largo recorrido por hacer.
Dentro del elenco artístico solo podemos destacar a Dennis Quaid (El chip prodigioso) por encima del resto, pues es el único que hace creíble su papel de principio a fin. Zoe Saldana (Avatar) lo intenta pero al estar constantemente acompañada por el soso de Bradley Cooper (Resacón en Las Vegas) se queda todo en un quiero y no puedo, y es que Cooper es capaz de chafar una escena e incluso la interpretación de un buen actor con su mirada. Me refiero al momento que comparte con el gran Jeremy Irons (El misterio Von Bulow). Ese momento que tenia que ser de una carga emotiva muy alta se echa a perder por la cara plana de Cooper, parece que no sabe donde esta. Apuntar que también se pasea por la cinta ese pedazo de mujer llamado Olivia Wilde (Tron: Legacy) que deja muy claro que es mejor modelo que actriz.
En resumen, estamos ante una cinta con tintes románticos que tiene que emocionar en algún momento y no lo consigue. Podemos incluso afirma que en algunos momentos el personaje que interpreta Bradley Cooper puede caer mal, algo incomprensible, pues deberíamos sentir lastima. Que a los treinta minutos de proyección sepamos como va a acabar tampoco ayuda mucho. Una pena, pues prometía mucho más de lo que es.
Lo mejor: El intento de los directores por entretener al espectador.
Lo peor: Bradley Cooper.
Puntuación: 4/10
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