Olvidaros de Ibiza… Olvidaros de Amnesia, Privilege, Pacha… Olvidaros de David Guetta, Carl Cox, Cristian Varela… La autentica fiesta de las fiestas esta en casa de Jay Gatsby, en la nueva versión de la inmortal novela de F. Scott Fitzgerald, El gran Gatsby (2013), que Baz Luhrmann (Moulin Rouge) ha llevado a gran pantalla, y en 3D. Sus protagonistas son Leonardo DiCaprio (Titanic), Tobey Maguire (Spiderman), y Carey Mulligan (Drive).
Estamos en 1920, un periodo de entre guerras pero no como imaginamos, aquí las fiestas son del “alto copete”. No se ven las drogas, pero se intuyen, no vemos sexo, pero esta ahí, el alcohol corre a raudales en forma de botella de champán de la marca Moët & Chandon, y la música no podría ser de otra manera, o muy machacona para bailar y perder el control o muy lenta para bailar y enamorarnos. Pero por encima de todo ello esta la figura de un mito, de una leyenda, Gatsby, el equivalente a Pocholo Martínez-Bordiú de la época, pero más elegante, menos drogadicto, y aparentemente igual de fiestero. Pero esa imagen es todo fachada, él solo quiere recuperar al amor de su vida, Daisy, que esta casada con un hombre “muy macho”, de esos que beben a deshoras, y tiene una amante en la ciudad. Para intentar recuperarla entablara amistad (aunque en algunos momentos parece algo más) con Nick, el primo de Daisy, que casualmente es su vecino, y es una persona muy impresionable en lo que a fiestas se refiere. Así podríamos resumir el argumento de esta nueva versión. Es verdad que trata de trasfondo muchos más temas, pero al salir de la sala esta es la idea que se nos ha quedado… Un bonita historia de amor enmarcado en un fiestón.
Baz Luhrmann vuelve a ofrecernos un gran recital de mover la cámara a toda velocidad, por los sitios más recónditos, y esta vez en 3D. Un 3D de esos que lucen, aunque alguna vez que otra ciertos elementos digitales, como el marco de la ventana o el retrovisor del coche, canten más que Lana Del Rey en toda la película (y es que su tema Young and Beautiful, suena varias veces y de diferentes maneras). Luhrmann es fiel a su estilo y tenemos la ostentación que la caracteriza en todas sus cintas y los grandes planos generales digitales, sin duda un director que en 20 años no ha cambiado nada.
Como viene siendo habitual su colaborador habitual Craig Armstrong (Love Actually) compone una partitura estupendamente dramática apoyada en pianos y violines que conjuga excelentemente con los temas musicales que el productor y cantante Jay-Z ha seleccionado. También hay que reconocer que la mayoría quedan estupendamente, en especial los de las fiestas, pero otros, en algún que otro momento dramático, molestan.
Leonardo DiCaprio y Tobey Maguire demuestra la buena química que hay entre ellos gracias a los años de amistad que los unen. En algunos momentos, en especial por parte de Maguire, podemos pensar que Gastby es su verdadero amor. La chica de la función Carey Mulligan es eclipsada por ellos dos en todo momento, y cuando no es así, es Joel Edgerton (La noche más oscura) quien se encarga de ello, y es que para hacer de “castigador” no vale cualquiera.
En resumen, El gran Gatsby (2013) es una adaptación de un clásico para la gente de ahora. El problema es que la historia nunca fue un gran reclamo para la audiencia cinematográfica. La cinta pierde fuerza una vez que comienza la historia de amor, como ya ocurriera en la anterior versión protagonizada por Robert Redford (El golpe) y escrita por Francis Ford Coppola (El padrino), y esto a mí me plantea una duda: ¿Ocurrirá lo mismo en la novela?
Lo mejor: Sus primeros 45 minutos. La dirección de Luhrmann. La selección musical en algunos momentos.
Lo peor: Como ocurre en todas las cintas de este director, cuando se centra unicamente en el romance, pierde algo de fuerza. La selección musical en algunos momentos.
Puntuación: 8/10