En muchas ocasiones, la vida es una comedia trágica. En otras muchas es simplemente un canto de esperanza. En El espejo de los otros se tiñe de comedia negra, muy negra. Marcos Carnevale (Corazón de León) coge de referencia la última cena de Cristo para poner a sus protagonistas ante eso, una última cena en donde expiar sus pecados o reconocer los errores del pasado. Una última cena en una ubicación idílica, en donde en todo momento puede pasar cualquier cosa. Y en donde nosotros somos los principales espectadores de la cena y de lo que acontece en ella. Carnevale desentraña el amor, la amistad y la familia de una manera única. El resultado es notable, pero no todas las historias tienen la misma fuerza.
El espejo de los otros es una obra de teatro convertida en cine. Por así decirlo. Un único lugar donde van pasando los protagonistas de la cinta. Unas visitas que no terminarán precisamente bien, pues esas cenas son para intentar remontar una relación, enderezar a la familia o simplemente escaparse para tener un momento de intimidad. Todas ellas sirven para hablar del amor, la vida y de la muerte. La muerte es quizás, el elemento que más se repite dentro de las historias. Ya sea por enfermedades de quien está sentado a la mesa o por el intento de asesinar a alguien. Pero nunca se torna demasiado serio el asunto. Carnevele se lo toma como un circo en donde van pasando diferentes artistas y nosotros somos los espectadores. Y es que todo está montado para que sea eso, un circo.
Y quizás ese circo pedía a gritos más cosas. Más ambición. Marcos Carnevele se queda a medio gas a la tercera historia, comenzando a ser repetitiva en muchos momentos. Luego tiene salidas de buen hacer en donde vuelve a llamar nuestra atención, pero esta historia podría haber sido algo mucho mejor. También alguna de las historias que se ven, en donde quizás las más interesantes sean la primera, tercera y cuarta. La segunda pierde gracia al no empatizar demasiado con los personajes. Aun así, la forma de rodar y el montaje hacen que la cinta suba poco a poco hasta un final en donde las sorpresas y los engaños están a la orden del día. También sube gracias a unos actores prodigiosos, elegidos con tacto. En donde todos destacan en la cinta y no hay nadie mejor que otros, quizás Oscar Martinez (Capitán Koblic) y Alfredo Casero (La reconstrucción) destaquen algo más.
En definitiva, El espejo de los otros es una buena opción para ver. Quizás tenga fallos de ritmo en algunos tramos, pero consigue levantarlos por los mismos actores que están en la cinta. Es una cinta que no aburre, que te hace tener momentos bastantes divertidos y otros en lo que puede que te haga reflexionar.
Lo mejor: Los actores y la puesta en escena.
Lo peor: Se desaprovecha un poco la idea inicial.
Puntuación: 6/10