Basado en el comic italiano de Tiziano Sclavi nos llega a las pantallas este esperpento que prometía mucho más de lo que realmente es. Dylan Dog: Los muertos de la noche es un ladrillo de casi dos horas donde la acción se reduce al mínimo común denominador y donde el dialogo eclipsa las nulas interpretaciones y causa somnolencia en el espectador.
Dylan Dog es un detective de poca monta que antes gozaba de cierta popularidad pues se dedicaba a casos insólitos donde debía dar caza a monstruos, demonios, vampiros, y otra gente de mal vivir. Un día su mundo se tambalea y debe volver a recoger sus hábitos en el mundo paranormal para hacer frente a una amenaza diabólica. Así se puede resumir el argumento que parece que debería contener ser una cinta de acción, pero no es así. Dylan Dog no engancha, no enfatiza con el espectador. Dylan Dog nos aburre con su verborrea, pues nos explica los movimientos que hace con la voz en off, recurso innecesario pues minutos después vamos a verlo. La poca acción que fluye en el cinta es un quiero y no puedo y el final se convierte en un batiburrillo de cosas muy vistas y que no consiguen despertar al espectador que lleva ya dormido un buen rato.
En Dylan Dog: Los muertos de la noche el encargado de mover la cámara es Kevin Munroe, director con poca trayectoria, lo único destacable de su filmografía es TMNT – Tortugas ninja jóvenes mutantes, versión animada de mítico comic. Aquí parece que más que un largometraje esta dirigiendo un piloto para televisión donde lo importante es recalcar todo varias veces, de ahí esos planos de presentación del despacho de Dylan Dog donde el espectador averigua a que se dedica, para luego seguir recalcándolo varias veces más con la cámara, y apoyándose en los infinitos diálogos. Las secuencias de acción están resueltas muy malamente y no tienen ni un mínimo aliciente de interés.
De los efectos especiales hablamos otro día pues parece que nos encontramos ante un capitulo de una serie de televisión una vez más.
Al margen de todo se encuentran el peor trío protagonista de la temporada. Brandon Routh (Superman returns) no termina de despegar su carrera, aquí se limita a poner cara de circunstancia y recitar los interminables diálogos como si de un anuncio de medicamentos se tratara. Sam Huntington (Superman returns) no tiene gracia y nunca la ha tenido, y Anita Briem (La monja) esta de muy buen ver pero nada más, no nos la creemos en el personaje que debería ser el más interesante de la cinta.
En resumen, nos encontramos ante otra fallida adaptación de un comic, donde no hay nada reseñable. Sin duda una cinta que ha tardado en estrenarse en nuestro país, y ya sabemos porque.
Lo mejor: Lo fresca que esta Anita Briem, que no sea buena actriz.
Lo peor: El dialogo explica todo lo que vemos cuando no es necesario.
Puntuación: 1/10