Django desencadenado: Pasión por el western

Vuelve Quentin Tarantino. El padre de Pulp fiction regresa con una cinta donde da rienda suelta a su pasión por un genero muy cultivado que no vive sus mejores horas, el western. Pero Django desencadenado no es un western al uso, es un western “made in Tarantino”, es decir, con diálogos punteros, personaje estrafalarios, y un toque “cool” que hará las delicias de todos los aficionados de este empleado de videoclub reciclado a director.

Christoph Waltz y Jamie Foxx en Django desencadenado

Django es un esclavo liberado por un cazarecompesas alemán, afincado en el sur de EE.UU., para que le ayude en la búsqueda de unos fugitivos. Entre ambos surgirá una amistad que les llevara hasta Missisipi al rescate de la novia de Django, y donde se las tendrán que ver con un villano ejemplar. La premisa, a simple vista, puede resultar sencilla, pero estando Quentin Tarantino tras el guión podéis imaginaros que ocurrirán cosas, muchas cosas, algunas de ellas rozando el absurdo, como es habitual en las historias de este director. Desde un carro con una muela encima a modo de anuncio, hasta el mismísimo Don Johnson como un traficante de esclavos con un traje blanco al más puro estilo Corrupción en Miami. Sin duda una genialidad. Django desencadenado toma el titulo de Django de Sergio Corbucci, pero apenas coge nada de aquella cinta, salvo a el nombre y, como es habitual en Tarantino, rescata al protagonista de aquella, Franco Nero (La jungla 2: Alerta roja) para un cameo. Quizá con la cinta que más puntos en común se encuentran sea con Mandingo de Richard Fleischer, a la que también rinde un homenaje muy claro en un momento dado.

Tarantino nunca ha negado su pasión por el western. En sus anteriores cintas, y en especial en el díctico Kill Bill, dejaba bien claro su pasión por el maestro del western Sergio Leone a la hora de realizar eso zooms tan arrogante o esos planos tan cerrados de miradas furtivas. Aquí ha dado rienda suelta desde el primer minuto a su pasión y firma un western puro y duro. En la mente del espectador se quedaran grabadas secuencias como los tiroteos finales o la del saloon a los pocos minutos de comenzar la película. También ha añadido sus referencias al cine blackxplotation, muchos de los planos centrados en la figura de Jamie Foxx hacen referencia a aquellas cintas tan costrosas.

Django desencadenado dura 2 horas y 45 minutos, y es que se ha notado mucho la falta de la fallecida Sally Menke, montadora habitual de Quentin. Menke debía parar los pies a Tarantino más de una vez, y a pesar de que el nuevo montador es el que fuera ayudante de aquella, Fred Raskin (Fast & Furious: Aún más rápido), este no ha sido capaz de decirlo que suprimir. También hay que decir que hay escenas que sobran, pero no aburren, lo que se traduce en que a pesar de su larga duración, Django desencadenado es una cinta entretenida.

Leonardo DiCaprio en Django desencadenado

Tras la negativa de Will Smith (Siete almas) a protagonizar Django desencadenado, el papel principal recayó en el siempre interesante Jamie Foxx (Un domingo cualquiera), quien da muy bien en cámara pero queda eclipsado por unos secundario de lujo encabezados por Leonardo DiCaprio (Infiltrados), ver el trabajo que ha creado con sus manos y sus miradas es digno de premio, aunque siempre se lo nieguen. Christoph Waltz (Malditos bastardos) excepcional y cachondo, como siempre. Y Samuel L. Jackson (Jackie Brown) consigue sorprender a la platea con el papel que siempre interpreta pero aquí con una vuelta de tuerca de lo más graciosa posible. Entrar ya en el apartado de cameos, seria extender esta critica demasiado, así que dejaremos que los descubran, ya que son bastantes y muy interesantes.

En resumen, Django desencadenado es la película que Tarantino tenía que haber hecho hace mucho tiempo. Desprende una pasión por el western premiable y muy elogiable. Siempre habrá detractores que prefieran otras cintas del autor, pero aquí Quentin ha sabido darse un baño del genero que más le gusta sin poner por medio a nazis, ninjas, o matones filosóficos.

Lo mejor: Por fin Tarantino se ha dejado de memeces y ha hecho una cinta sobre su mayor pasión.

Lo peor: Su larga duración, pero por otro lado no aburre, ni se hace pesada.

Puntuación: 10/10