En Hollywood, todos los estudios cinematográficos, grandes y pequeños, están a la caza de franquicias literarias de las que vivir al menos tres años seguidos. Tras Crepúsculo, Los juegos del hambre, El juego de Ender, Cazadores de sombras… ahora le llega el turno a Divergente, primer capitulo de una trilogía de libros escritos por una jovencísima escritora llamada Veronica Roth. Su homónimo cinematográfico esta dirigido por el resultón Neil Burger (Sin limites), y protagonizada por los guapos y algo sosos Shailene Woodley (Los descendientes) y Theo James (Underworld: El despertar).
En futuro cercano y distópico, la sociedad esta dividida en facciones, altruistas, inteligentes, honestos, cordiales, y valientes. Si no perteneces a una facción estas en tierra de nadie. Naces en una concreta, pero cuando cumples la mayoría de edad vas a un doctor que te hace un estudio y te dice en cual encajas mejor, pero la decisión final de donde situarte recae en ti. Nuestra protagonista, que pertenece a la facción de los altruistas, va al doctor y este le dice que es divergente, es decir, que no se decanta por una facción en concreto, algo muy peligroso en la sociedad en la que viven, por lo que ha de mantenerlo en secreto. El día de la elección, para disgusto de sus padres, elige ser valiente, la facción más “cool” de todas. Allí vivirá experiencias inolvidables que no revelaremos para que el espectador disfrute de ¿las sorpresas?. Escribo entre interrogantes pues la cinta sigue un patrón donde todo de ve venir, y muchos elementos son muy parecidos a los de otras sagas antes mencionadas. El guión arranca muy fuerte, con mucha información, enganchando al espectador que desconozca la novela, pero conforme la acción va pasando la cinta pierde bastante interés convirtiéndose en la típica película de revolución con toques de romance. Hay que reconocer y alabar que la historia romántica no eclipsa al argumento general.
Neil Burger es un director correcto. Sus secuencias de acción son amables, quizá un poco más de violencia no le hubiera venido mal, pero estamos antes una cinta dirigida a un publico juvenil, por lo que no le han dado pie a poder lucirse.
Divergente también nace como plataforma de presentación de nueva estrellas arropadas por actores más veteranos en papeles secundarios. Shailene Woodley se presenta estupendamente, pero aun le queda un poco para convertirse en una chica de acción con la que nos podamos identificar. Algo más soso se nos presenta Theo James, quien no consigue que terminemos de conectar con él y con su conflictos. Dentro de los veteranos aplaudibles tenemos a Kate Winslet (Titanic) interpretando a una villana un tanto pasada de vueltas, a Ashley Judd (Objetivo: La Casa Blanca) en plan madre coraje, y a unos desaprovechados Tony Goldwyn (El último samurái) y Ray Stevenson (G.I. Joe: La venganza).
En resumen, Divergente es un producto muy prefabricado para un tipo de audiencia, es decir, fans de las novelas, y jóvenes con ganas de que les cuenten la misma historia otras vez. Divergente es un entretenimiento más, que no termina de dejar un poso que nos haga querer degustar un segundo plato, que ya se esta cocinando.
Lo mejor: Es entretenida a pesar de su larga duración.
Lo peor: Que aunque parezca original, bebe mucho de otras sagas o franquicias.
Puntuación: 5/10
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