Culpa mía: Despropósito a muchos niveles

A tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti sacaron a relucir que un cine adolescente, alejado de prejuicios y entretenido, era posible. Podemos ponerle muchas pegas, pero lo que no se puede negar es que eran la mar de entretenidas. Por ello, en los últimos años parece que queríamos que saliera a la luz una cinta que coja el testigo de las cintas de Fernando González Molina. Culpa mía, que adapta otro best seller, podría ser esa película que cubra el hueco dejado por Babi y Hache. Pero nada más alejado de la realidad. Culpa mía es una cinta donde todos los clichés del cine adolescente actual se encuentran, donde las interpretaciones dejan mucho que desear y donde no tiene ninguna idea propia. Es una cinta que seguramente satisfaga a los fans acérrimos y quienes vean este tipo de películas para pasar el rato, el resto, mejor abstenerse.

Nicole Wallace en Culpa mía

Nicole Wallace en Culpa mía

Culpa mía es un popurrí de otras películas y lo hace mal. Quiere que tengamos a dos personajes como Babi y Hache, pero ninguno de ellos llega a ser los mencionados. Quiere tener secuencias espectaculares de carreras de coches a lo The Fast & The Furious, pero sin llegar en ningún momento a la emoción de la saga de Toretto. Y lo peor es que coge lo peor de una saga como After o Cincuenta sombras de Grey, que no es otra cosa que la toxicidad. Estoy ya cansando de cintas que romantizan las relaciones toxicas, las relaciones de abusos de poder y de someter. Creo que al final lo que se inculca con este tipo de relaciones es algo que dentro de la sociedad actual vemos más a menudo de lo que nos gustaría, pero es algo que ya está bien. Y es que Culpa mía sigue romantizando este tipo de relaciones, ahora entre hermanastros, y que lo veamos como algo bueno o algo que tenía que suceder. Y respecto a lo otro, Culpa mía no tiene ninguna idea propia, no tiene algo que digas, “wow, estoy viendo algo diferente”, porque no lo es.

Gabriel Guevara y Nicole Wallace en Culpa mía

Gabriel Guevara y Nicole Wallace en Culpa mía

Y es que también las actuaciones dejan mucho que desear. Todas y cada una de ellas están sobreactuado o no saben realmente que tono poner en la cinta. Llega un momento en el que desconectas por completo y te dejas llevar ante lo que estás viendo. Nicole Wallace y Gabriel Guevara intentan por todos los medios tener química en la pantalla, pero es que no lo consiguen, son dos que no congenian. Y por no hablar de alguna frase que hará que la vergüenza ajena venga a nosotros. Culpa mía es una cinta que seguramente a los amantes de este tipo de películas disfruten mucho, para el resto es una cinta que seguramente le lleven los demonios. Será un exitazo y tendrá secuelas, pero por ahora, no le veo el potencial para llevarlo a cabo.

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