Tras el estupendo éxito comercial y de crítica del renacimiento de la saga Rocky en Creed. La leyenda de Rocky y su secuela, no era de extrañar que tarde o temprano nos llegará un nuevo episodio. Y aquí nos llega Creed III, que los distribuidores nacionales han prescindido, por fin, de la coletilla de “La leyenda de Rocky”. Aunque esta tactica no responde a que el espectador ya conozca a Adonis Creed, y no necesite del nombre del otro púgil en el título para orientarse, sino porque el creador del boxeador de Philadelphia, Sylvester Stallone (El escuadrón suicida) ha colgado los guantes y se ha desvinculado del proyecto hasta el punto de que en esta nueva historia ni se le menciona en la trama. Sea como fuere esta nueva entrega supone el debut en la dirección de su protagonista Michael B. Jordan (Black Panther: Wakanda Forever), al que acompaña delante de la pantalla la imprescindible Tessa Thompson (Thor: Love and Thunder), y se incorpora el ascendente, e impresionante, Jonathan Majors (Ant-Man y la Avispa: Quantumanía).
Adonis ya ha ganado todo y está promocionado a un nuevo púgil. Pero el pasado es muy ladino y un amigo de la adolescencia le reclama un poco ayuda. Esta es básicamente la premisa, de la que poco más apuntaremos para que el espectador sea sorprendido. Los dos primeros actos son impecables pero el tercero, sin ser malo, se ha debido aligerar en montaje. ¿Que ocurre con esto?, que tramas como la de la hija o la de la mujer quedan bastante descolgadas en este último acto en presencia de la historia principal. Parece más una cuestión de ritmo más que de escritura, ya que hay muchas escenas y planos en el trailer que no aparecen en el film.
Y es que en comparación con las dos entregas anteriores esta no llega a los 120 minutos cuando las otras dos sobrepasan los 130 sin problema. El director debutante ha premiado el ritmo de la acción en el último acto frente a la historia. Jordan ha sabido innovar en la peleas, insertando planos a cámara lenta para enfatizar la trayectoria del golpe, que no es novedoso en líneas generales pero sí en esta saga, y le sienta “como un guante”. En el resto de la cinta se toma licencias estupendas como aquella de hacer un guiño a las escaleras de Philadelphia de la saga original, pero aquí Adonis llega hasta el final de la montaña donde se emerge el mítico cartel de Hollywood. En general su dirección es bastante notable, a pesar de errores del novato que quiere ser autor, en las metáforas del enfrentamiento final.
Parece que estamos ante el año de Jonathan Majors. El actor afroamericano eclipsa al resto del elenco cada vez que sale. En la escena del reencuentro en el restaurante es capaz de conseguir que sintamos una gran pena por el personaje pero más adelante es capaz de torna ese sentimiento. Sin duda, la gran revelación de la cinta. Thompson está impecable en sus breves apariciones, además su personaje ha evolucionado estupendamente en la saga, y Jordan sigue teniendo ese punto a medio camino entre pijo y macarra que resulta encantador. Atentos a los momentos con su hija.
En resumen, Creed III es un producto ameno, entretenido y con un dirección que sorprende en varios momentos. Indudablemente el tema de la cinta, hay que dejar el pasado atras, marca la separación de la anterior parte de la saga, la que creó el actor italoamericano que se llevó el Oscar a mejor guión original, de ahí que Stallone se haya desentendido del historia y solo figure como productor (se comenta que estaba bastante desilusionado pues no contaron con él desde el principio de la producción). Para ser un nuevo episodio dentro de un gran spin off de una franquicia consagrada, el argumento sin ser nada novedoso, funciona de maravilla, y nos deja la puerta entreabierta a un nuevo concepto en la licencia, algo que seguramente el estudio ya tenga contemplado y sepa que va ser un blockbuster en toda regla, con la pizca de drama necesario que esta saga siempre desprende.
Lo mejor: La dirección de los combates de boxeo y Jonathan Majors.
Lo peor: La ausencia de Rocky.
Puntuación: 7/10