Corazones de acero tiene algo que muchas películas bélicas o de acción no tienen, que es alma. Tiene el alma y la ilusión del hombre que está detrás de las cámaras. Tiene el alma del actor principal, que sigue demostrando que con los años se gana en experiencia. Y tiene el alma de contar algo que posiblemente hemos visto en mil películas pero que lo cuenta de manera diferente pero sin olvidar el mundo que está plasmando. Corazones de acero puede que sea la mejor película de David Ayer (Sin tregua), no sólo por la historia y la forma en la que esta contada, sino porque consigue que la vida e historias de cinco soldados nos cale muy hondo. Corazones de acero es algo más que una película bélica.
Corazones de acero es la historia de cinco hombres que buscan ante todo el sobrevivir y poder llegar a su hogar después de vivir un infierno. Es la historia de cinco hombres que luchan a lomos de un tanque, el Fury, para así evitar que la Alemania Nazi se hiciera con el control. Y es la lucha de un joven soldado que descubrirá que incluso en el peor de los momentos siempre hay alguien, que quizás acabas de conocer, y que posiblemente se convierta en toda la familia que necesitas. Todo eso es Corazones de acero, y todo eso es mejor descubrirlo por uno mismo, pues aunque sepas de que va la cinta, al paso de los minutos puede llegar a sorprenderte.
David Ayer es uno de los mejores directores de acción de la actualidad. Su violencia y su forma de narrar es algo que ya ha quedado patente en películas como Sabotage o Dueños de la calle, pero que vuelve a sorprender en una faceta algo más comedida pero igual de apasionante. Comedida digo porque Ayer, si, rueda grandes secuencias de acción a lomos de los tanques, pero demuestra que también es capaz de contar una historia de personajes. Personajes que sienten y padecen, no sólo personajes que van de un punto a otro solventando problemas. Aquí los problemas personales son quizás algo más importantes y eso hace que la cinta tenga más significado. Y, a mi parecer, es un auténtico acierto. Son esos momentos de calma tensa lo que hace avanzar la historia, la que te da visión de lo que han vivido esos soldados y lo que quieren hacer con su nuevo compañero.
Y es que, aunque todo el mundo quiera ver Corazones de acero por sus momentos de acción, lo cierto es que la cinta también esconde quizás las mejores interpretaciones de sus protagonistas. Brad Pitt (Guerra Mundial Z) vuelve a demostrar que con los años se mejora. Su versión dramática es la que mejor sabe hacer y aquí vuelve a demostrarlo. Jon Bernthal (La gran revancha) y Michael Peña (La gran estafa americana) solventan sus papeles con eficacia. Logan Lerman (Las ventajas de ser un marginado) sigue creciendo y aquí rápidamente se convierte en el segundo de la cinta compitiendo con Pitt. Pero sin duda, la gran sorpresa es Shia LaBeouf (Pacto de silencio). Después de muchos intentos y de muchas polémicas, el actor demuestra que hay un actor hay dentro que quiere salir.
Corazones de acero es una película que demuestra que el cine bélico no está estancado siempre en lo mismo, que si alguien quiere contar algo diferente puede hacerlo y que no todo tienen que ser tiros. Corazones de acero es una de las mejores películas de este recién estrenado 2015. Tiene alma, un gran guión y unas interpretaciones prodigiosas. Es una película imprescindible.
Lo mejor: Que David Ayer haya dotado de tanta alma la película.
Lo peor: Que quizás muchos no quieran los tramos más lentos, siendo estos los más ricos.
Puntuación: 8/10
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