La temporada pasada una película para adolescentes llamada Bajo la misma estrella, sorprendió a muchos por el tono amable (a la par que serio) con el que se trataba el romance entre dos enfermos terminales. La cinta se basaba en un libro de John Green, el mismo que ha escrito el libro en el que se basa Ciudades de papel, película de la que ahora nos toca firmar, y que comparte con la anterior ese tono amable pero serio de una situación adolescente. Ciudades de papel es una sorpresa en muchos sentidos, no es la típica cinta romántica para jóvenes, sino que se acerca más una versión moderna (y más light) del clásico Cuenta conmigo.
Quentin (Wolff,) es un chaval que siempre ha estado enamorado secretamente de su vecina de al lado, Margo (Delevingne). Esta es una “bala perdida” que acaba de romper con su novio y decide vengarse de este con la ayuda de Quentin. La noche que se perpetra la venganza, Quentin cae rendido ante los encantos de Margo, y esta desaparece dejando una serie de pista para que la encuentren. Quentin recluta a los inadaptados de sus amigos y se embarca en un viaje en busca de Margo. Esta el premisa de Ciudades de papel, más centrada en contar la historia de estos amigos que han de separarse en breve para ir a la universidad (algo similar ocurría en Supersalidos) que en la historia de amor que se esta promocionando. El viaje es una metáfora del fin de la adolescencia, del paso a la edad adulta. La persecución y búsqueda de Margo, es el símbolo del sueño inalcanzable, es la persecución de un mito y una obsesión que solo llegando al final tendrá su respuesta o recompensa. El guion de Ciudades de papel es más interesante y profundo después de dejarlo reposar un días. Sin duda es toda una sorpresa en plena cartelera veraniega.
Tras la cámara encontramos a Jake Schreier que hace un par de temporadas nos sorprendió con Un amigo para Frank. Aquí usa la misma técnica que en aquella cinta, y pone todos sus medios a disposición de los actores, para así conseguir unas interpretaciones bastante creíbles. Sorprende como compone una primera parte donde todo enfoca a ser una cinta romanticona, rozando el baboseo, para a los 45 minutos cambia de registro completamente y la convierte en una road movie homologada con tintes nostálgicos.
A pesar de promocionarse demasiado la figura de Cara Delevingne (Anna Karenina), el verdadero protagonista (y revelación) de la cinta es Nat Wolff (Un invierno en la playa). El joven actor californiano tiene un presencia insolita en los actores de su juventud. Recuerda en algunos momentos al Matthew Broderick de la primera etapa, la de Todo en un día o Juegos de guerra. El solo es capaz de sostener la cinta, aunque esta bien escudado por los apenas conocidos, Austin Abrams (The Kings of Summer) y Justice Smith. El primero es el amigo chistoso y el segundo el “pepito grillo” de la pandilla.
En resumen, Ciudades de papel es una cinta más interesante de lo que se esta promocionando. No es una historia de amor al uso, sino un viaje hacia una madurez, donde nos damos cuenta que no todo sale como esperamos. La vida te pone trabas y hay que aprender a sortearlas o enfrentarse a ella. Lo dicho, una sorpresa.
Lo mejor: Ese final tan autentico y Nat Wolff.
Lo peor: En algunos momentos el ritmo decae, no llega aburrir, pero le falta agilidad.
Puntuación: 7/10