Blonde: La extensa obsesión de Andrew Dominik

Es difícil hablar de Blonde desde un acercamiento cinematográfico clásico. Es difícil porque Andrew Dominik así lo ha decidido. Esto no es porque la cinta sea complicada, al final es una nueva cinta sobre el mito de Marylin Monroe y su carrera en Hollywood, aunque bueno aquí lo que de verdad importa es todo lo que no tiene que ver con Hollywood, sino con la vida privada de la actriz. Y es que Andrew Dominik, que lleva una década buscando la manera de sacar adelante el proyecto basado en el libro de Joyce Carol Oates. Y puede que en ciertos momentos podamos vislumbrar algo diferente, pero Dominik se quiere mucho así mismo y la forma de llevar a la pantalla el libro y la vida de Marylin es algo complicada. Es una cinta ambiciosa, de eso no cabe duda, es una cinta que se nota que Netflix ha apostado fuerte por ella, pero esa ambición hace que el globo explote y termine cayendo en muchos momentos a lugares complicados, incomprensibles y donde se vuelve a exponer a la actriz como un mero reclamo sexual o un objeto que todos quieren poseer. Y es una lastima porque la idea de contar la historia de Marylin Monroe desde un punto de vista dramático respecto a su familia, a la ausencia de padre y que su madre terminó volviéndose loca podrían haber dado mucho de sí, pero Dominik prefiere volver a contar los escarceos amorosos, los maltratos y tratar a su protagonista como una chica corta de miras.

Ana de Armas en Blonde

Ana de Armas en Blonde

Blonde es una cinta que dura cerca de las tres horas ¿justificada la duración? Para nada. Blonde es una película que podría haberse quedado fácilmente en algo más de una hora y cuarenta minutos, pero es que el problema es de Andrew Dominik y su obsesión por reflejar cada uno de los momentos turbios de Marylin y no cortarse con ellos. Blonde se ceba en el sufrimiento de la actriz, se ceba en los peores momentos y cuando muestra algo alegre, rápidamente pasamos a otro donde vemos que es tratada de una manera nociva y donde la emoción por un personaje con el que deberíamos emocionarnos es nula. Tal es la obsesión del director por mostrar estos momentos que se olvida por completo de darle algo de emoción a su cinta. Todo es muy frio, todo es muy impostado y no hay ningún momento que se consiga grabar en la memoria por el mero hecho de conseguir algo de emoción, en cambio tenemos recuerdos de escenas por desagradables y por la forma que tiene el director de acercarse a esa situación. Esto último se puede ver en el acercamiento que tiene con Kennedy. Y como he dicho es complicado porque se nota que había algo para poder contar sobre Marylin pero, como en todas las cosas, siempre vende más contar las tragedias que ver en sí algo más elaborado sobre como Hollywood terminó comiéndose a Marylin.

Además, la forma de rodar la cinta de Andrew Dominik es caótica. Posiblemente sea la cinta con más cambios de color, blanco y negro, planos y formaos de cuantos se han visto en los últimos años. No hay dos secuencias iguales ya que siempre está intentando innovar en la forma de contar la historia. Igual pasa con el tratamiento del color y blanco y negro. Cuando uno ve el poster piensa que la cinta será en blanco y negro, pero no podríamos estar más equivocados, ya que la cinta va saltando del blanco y negro al color para contar la historia. Aún hoy, después de ver la cinta, sigo sin comprender que decisiones se han tomado para ello. En lo que si se acertó en el reparto de Ana de Armas como Marylin Monroe. La actriz cubano-española consigue crear un personaje increíble, siempre misterioso, delicado y donde consigue trasmitir todo con los gestos de la cara. Ella consigue dar todo lo que tiene para conseguir sacar adelante algo tan complicado, en ciertos momentos me recordó a Kristen Stewart en Spencer, donde también la actriz conseguía convertirse en Lady Di. El único problema con todo es que Andrew en muchos momentos trata al personaje de forma “tonta”. Y es que hay secuencias en las que Marylin saca a relucir todo lo inteligente que era, pero a la siguiente vuelve a comportarse de una manera irreconocible y que consigue hacer, en muchas ocasiones, que no empaticemos con ella o nos de igual, y eso es algo realmente complicado.

Ana de Armas en Blonde (2)

Ana de Armas en Blonde (2)

Lo bueno que se puede decir de Blonde es que es un trabajo ambicioso, un trabajo que dará que hablar, que generará debate y donde nunca habrá una decisión unánime. También que es un trabajo arriesgado en la dirección de Dominik, en la interpretación de Ana de Armas y en la toma de decisiones de muchos de los implicados en la cinta. Tengo muchos problemas con Blonde, pero también tengo muchas cosas que me gustan, le problema es que cuanto más la pienso más voy sacando cosas que no me gustan. Es una lástima no conectar tanto con una cinta que podría haber sido increíble. Eso sí, lo de Ana de Armas es algo apoteósico.

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