Tras los buenos resultados de Black Panther en el mercado americano, tanto en taquilla (fue la película más taquillera de 2018 por encima de Vengadores: Infinty War) como en premios (3 Oscars de 7 nominaciones), era de esperar una secuela doblando la apuesta. Pero cuando la maquinaría se puso en marcha, su protagonista Chadwick Boseman (La madre del blues) falleció repentinamente dejando la saga huérfana. Pero en Marvel Studios saben que un producto así no se puede dejar escapar y con los secundario de aquella han montada esta secuela rutinaria donde sus dos horas y 41 minutos se hacen interminables. Regresa a la silla de director Ryan Coogler (Creed. La leyenda de Rocky) y repiten las estrellas afroamericanas Lupita Nyong’o (Nosotros) y Angela Bassett (Soul) escoltando a la nueva pantera negra Letitia Wright (Muerte en el Nilo).
Tras un prólogo donde asistimos al fallecimiento, entierro y homenaje del Black Panther que hasta ahora hemos conocido, esta secuela propone una aventura donde el reino de Wakanda deberá proteger su mineral más preciado, el vibranium, de todos los amigos y enemigos que se quieren hacer con el. No apuntaremos nada más de la trama general salvo que conoceremos el reino acuático de Tlalocan y a su héroe Namor. La historia que se cuenta no justifica sus 161 minutos de duración, ni tampoco que el segundo acto este plagado de secuencias de diálogo interminables y reiterativas. Tampoco justifica su duración los dos homenajes a la figura de Boseman. Y tampoco justifica su duración la presencia de más superhéroes para intentar sostener un argumento que no sabe hacia dónde quiere ir en sus infinitas historias secundarias (por ejemplo, la historia de dos miembros del FBI se puede excluir y no pasa nada). Eso sí la cinta está plagada de referencias y momentos dirigidos a la población afroamericana. Black Panther: Wakanda Forever podría haber sido una cinta estupenda de 90 minutos.
El interesante director Coogler tampoco está fino en esta secuela. Tras el “anuncio” que realiza durante el funeral pasamos a una estupenda secuencia de acción con montaje paralelo de diálogo. Después de eso parece que desaparece hasta una escena de acción en un taller bastante interesante y otro “anuncio” del reino de Tlalocan. Luego más diálogo, una secuencia de acción correcta y otra vez piloto automático hasta el clímax donde solo la batalla en un barco parece tener un poco más de personalidad. Luego un epílogo (la escena postcreditos) que bien se podía haber incluido en la cinta, pero que está situada así para que el espectador no se pierda la canción de Rihanna, Lift Me Up, que con toda seguridad arrebatará el Oscar a la superior canción de Lady Gaga para Top Gun: Maverick. En los tiempos muertos que se toma, Coogler impregna la película de planos estupendos, que darían para un buen salvapantallas, y alguna que otra imagen icónica que sirve para el público afroamericano se identifique más con sus héroes.
Quien sí vuelve a sorprender, y a brindarnos una excelente partitura, es el ganador del Oscar Ludwig Göransson (Red). El sueco recicla temas de la primera entrega y los mezcla con sintetizadores creando algunas composiciones muy superiores a las imágenes que tenemos en pantalla. Sin duda un compositor que no deja de sorprender.
La sombra (y el carisma) de Boseman es complicado de igualar o superar. Wright lo intenta pero no lo alcanza. No funciona mal cada vez que interactúa con Danai Gurira (Vengadores: Endgame), ese momento “buddy movie” que viven durante el primer acto es de lo mejor de la cinta, pero por lo general es eclipsada por un reparto muy superior donde brilla en cada escena la mítica Angela Bassett. El mexicano Tenoch Huerta (La Purga: Infinita) interpreta a al rey acuático Namor con bastante destreza y sorprende bastante que no caiga en los arquetipos típicos del estudio. Tambien es verdad es que tiene un rol diferente al esperado y ahí es donde radica su sorpresa.
En resumen, el anunciado final de la Fase IV del Universo Cinematográfico de Marvel (que ahora parece que no lo es, si no que es el especial de navidad para televisión de los guardianes de la galaxia) se salda con la valoración general de esta fase, es decir, bastante sosa y descafeína. Black Panther: Wakanda Forever podría haber sido un soplo de aire fresco pero es una cinta soporífera por la cantidad de diálogo reiterativo que recitan sus protagonistas. Y es que la cinta se titula Black Panther y este héroe aparece, como tal, escasos veinte minutos en pantalla. Indudablemente en el apartado técnico, al igual que su predecesora, es impecable para intentar rascar algún premio en los próximos Oscar pero por lo general la cinta es una decepción interminable.
Lo mejor: La música de Göransson.
Lo peor: Parece que quiere contar mucho y no cuenta nada.
Puntuación: 4/10