Ben – Hur, aquella joya cinematográfica ganadora de 11 Oscars, también tiene que sufrir el mal de los remakes. Aquella película de William Wyler (Vacaciones en Roma) no necesitaba un remake como el que ha realizado Timur Bekmambetov (Abraham Lincoln: Cazador de vampiros), en donde los efectos visuales brillan por encima de un argumento de mercadillo, donde la épica brilla por su ausencia y la relación entre los personajes no es en ningún momento creíble. Además, tiene quizás el final que más vergüenza ajena dé en un blockbuster moderno. Ben – Hur (2016) comienza algo decente, pero pronto se cae por un precipicio.
Quizás uno de los principales problemas de esta Ben – Hur (2016) es que su línea cronológica es muy confusa. Iniciando la película con un flashforward que nos sitúa antes de las carreras de cuadrigas, para así pasar a ocho años antes de todo eso, para después ir avanzando años dentro de ese propio flashback. Hay mucho lío ahí dentro. Y eso no ayuda demasiado al avance de la cinta, que va, poco a poco, cada vez más rápido sin detenerse en explicar alguna cuestión importante. Tampoco ayuda demasiado la psicología de los personajes, los cuales quieren parecer muy desarrollados pero al final son más simples que sumar dos más dos. El guion quiere darle algo más de empaque emocional a Messala que a Ben – Hur, pero en el fondo no hace más que hacer que al final sus decisiones sean absurdas.
Luego, Bekmambetov, recorre los momentos más emblemáticos como son la galeras o la carrera de cuadrigas en donde el espectáculo visual está conseguido, pero lo que es emocionalmente no se consigue nada. No conseguimos esa emoción porque todo es demasiado frío. En las galeras, no percibimos el sufrimiento o las ganas de venganza de nuestro protagonista, únicamente lo vemos porque lo dice, no porque lo sintamos. Igual pasa en la carrera de cuadrigas. El director está más enfocado en hacerlo espectacular que se olvida por completo de la emoción de la carrera, de hacernos partícipe de la redención de Ben – Hur, de conseguir su objetivo pero al final darse cuenta de que él no es así y lo que ha hecho ha sido movido por la venganza. Aquí sólo vemos cosas digitales, polvo digital y poca cosa más. Llama la atención, pero tampoco es algo realmente grandioso.
En cuanto a los actores, podemos encontrar a Toby Kebbell (Warcraft: El origen) es el más acertado de todo como Messala, su intento de darle un empaque más psicológico se consigue a medias, pues al final toma decisiones algo rocambolescas, pero él está bastante bien. Jack Huston (Orgullo + prejuicio + zombis) no tiene el carisma ni la presencia que en su día tuvo Charlton Heston. Él lo intenta, pero su paso por la cinta se reduce a poner cara de melancólico. El resto del reparto está aceptable sin más, y ese Morgan Freeman (Ahora me ves 2) con rastas, al final si era algo digno de ver.
En definitiva, Ben – Hur (2016) no alcanza las cotas dignas de un producto así debería tener. No llega a aburrir demasiado, pero tampoco es entretenida en todo su metraje. Cierto es que empieza muy bien, pero a medida que avanza y que no va a ninguna parte comienzas a mirar el reloj y sólo piensas cuando termina esto. La decepción, quizás no es tanta, teniendo en cuenta las críticas vistas desde el otro lado del charco, pero al verlo lo corroboras. Podría haberse hecho algo digno para los tiempos que corren, pero se queda en un blockbuster más e innecesario.
Lo mejor: Visualmente es bastante interesante.
Lo peor: El guion y la poca épica que tiene.
Puntuación: 4/10