Adaptar una obra como Assassin’s Creed (en especial, los primeros títulos) es complicado, pero si se hace bien, puede dar unos frutos realmente buenos. Pero esta Assassin’s Creed no tiene el fondo ni las intenciones del material en el que se basa. Si hablamos de lo básico, Assassin’s Creed es la lucha entre dos facciones: Los templarios y el credo de los Assassins. Si miramos más a fondo, es una mirada en profundidad a si hacemos lo correcto en todo momento, a que cada acción tiene consecuencias y, en el fondo, es la complicada misión de si hacer lo correcto o lo que se supone que debemos hacer. Eso en la película se pierde por completo. En contraposición, tenemos una cinta de acción donde las secuencias están pegadas sin demasiado acierto, las revelaciones que se hacen son insulsas para mantener la atención del espectador y, por si fuera poco, maltrata de mala manera su ambientación. Assassin’s Creed no arriesga lo más mínimo y fracasa, cuando podría haber sido una gran adaptación.
Adaptar algo no es copiar, y eso es algo bueno de la cinta, que sabe ser una adaptación. Pero es una muy mala adaptación. Desde su inicio, la cinta no para de lanzarte información sobre La manzana del Edén, un objeto que traería de cabeza a los jugadores del videojuego, parte del Fruto del Edén. Ese objeto, presente desde el primer juego, se desarrolla hasta límites insospechados en el resto, siendo el pilar fundamental de la historia, por el que los personajes pasarán penurias y descubrirán informaciones valiosas. En la cinta, este objeto, es un simple vehículo sin demasiada importancia y que simplemente sirve para llevar la historia hasta un punto, pero sin más. Y es que se sigue sin ver cuál es el objetivo de la cinta. El guion de la historia es malo, con tramos realmente de echarse las manos a la cabeza de lo que están haciendo y todo ello, sin una unión clara. Es como si hubieran cogido diferentes momentos que les gustaban a los guionistas y los hubieran pegado uno detrás de otro, sin más.
Y Assassin’s Creed tiene mucho más detrás que simples escenas de acción. También es la lucha del protagonista por comprender su pasado, a sus antepasados, pero en la película no hay nada de eso. Cal Lynch, nuestro Desmond Miles, simplemente se conecta al Animus (que también tiene lo suyo), para realizar lo que le dicen y fin. No intenta entender que es La manzana del Edén, ni que es el Ánimus, ni Abstergo. Además, hay escenas donde vemos la proyección del personaje del pasado, pero simplemente como de lucha, no para avanzar la trama. No hay una presentación de estos personajes decente, y tampoco de los secundarios, los cuáles aparecen, dicen su frase y adiós. Y por si esto no fuera suficiente la parte española está muy maltratada. La acción supuestamente se ambienta en España y sólo lo sabemos por qué están en Madrid, dicen Andalucía y Sevilla. Javier Gutiérrez (1898. Los últimos de Filipinas), sale dos minutos, Carlos Bardem (La deuda), sale un minuto, y Hovik Keuchkerian (Toro), que es el supuesto gran villano y su personaje pedía a gritos más protagonismo, sale cuatro minutos. Si esta parte fallaba, todo fallaba. Y así ha sido.
Michael Fassbender (X-Men: Apocalipsis) realiza uno de los papeles menos acertados de su carrera. Su personaje está sobreactuado, está siempre poniendo poses épicas y sus conversaciones con el resto del reparto son realmente intrascendentes. Marion Cotillard (Aliados) intenta dotar de algo a su personaje y sólo lo vemos en la parte final, cuando realmente el personaje se revela cómo debería haber sido desde el principio. Jeremy Irons (Batman v Superman: El amanecer de la justicia) está ahí para mirar por cristaleras, tener conversaciones con su hija como si tuviera quince años y pasearse sin pena ni gloria. Y Brendan Gleeson (En el corazón del mar) es un personaje que si hubiera sido borrado del guion todo seguiría igual.
Assassin’s Creed podría haber sido algo realmente grande si se hubiera llevado por otro camino, se hubieran tomado las referencias realmente importantes para llevarla y hubieran arriesgado algo más hubiera salido algo realmente bueno. Pero no, el resultado es una decepción mayúscula. No aporta nada al género, ni a la historia y se olvida tan pronto como caer desde las alturas haciendo un salto de fe.
Lo mejor: Su inicio y las partes de España.
Lo peor: El guion falla por todos lados.
Puntuación: 2/10