Rob Reiner (Cuando Harry encontró a Sally), Michael Douglas (Plan en Las Vegas) y Diane Keaton (¡Por fin solos!). Hace no muchos años, la reunión de esos tres nombres en una misma película habría despertado una expectación enorme. Pero ahora, con Así nos va, no ha sucedido nada parecido. ¿Por qué? Porque el resultado es complaciente. ¿Entretenido? Claro que sí. ¿A quién no le apetece ver una película de buenos sentimientos que arranca con un cascarrabias Douglas y una encantadora Keaton rodada por un tipo como Reiner, que siempre ha sabido sacar lo mejor de sus actores y más en un tono de comedia? Pero justo ahí es donde Así nos va falla. Es una comedia que en realidad no hace gracia. Despierta simpatía, eso resulta casi ineludible en una película de estas características, pero no da ese paso más que distingue a las películas que trascienden de las que simplemente entretienen.
El caso es que Reiner ha tenido ese toque en muchos títulos de su carrera, y además en relatos tan dispares como La princesa prometida, Cuando Harry encontró a Sally, Algunos hombres buenos o Misery pero aquí no se ve. Aunque no es casual que sus mejores películas sean de los años 80 y 90, después de la espléndida pero casi desconocida Flipped (de 2010) sería muy injusto decir que ya ha dejado atrás para siempre sus mejores años. Aquí, no obstante, no se puede escarbar mucho más allá del enorme carisma de sus dos personajes protagonistas, del correcto pero demasiado perfecto uso del resto de los personajes secundarios y del encanto natural de la chiquilla Sterling Jerins (Guerra mundial Z). Con esos mimbres, Reiner hace una labor de aliño que probablemente habría caído algo mejor de haberse realizado hace dos décadas pero que hoy se queda en un intento de que dos actores ya maduros se diviertan en una película tópica.
Porque ¿qué actor de la edad de Michael Douglas no ha pasado ya por un papel como el de Así nos va? ¿No recuerda demasiado al cascarrabias de Jack Nicholson en Mejor… imposible y a tantos otros del mismo corte? Parece que Hollywood reserva destinos demasiado calcados a sus grandes nombres de los años 70 y 80 y eso, por simpático que pueda parecer en un primer momento y en las mejores y más simpáticas escenas de la película, no es suficiente para enamorar. Diane Keton, en cambio, lleva ya más de una década instalada en este tipo de cine y su personaje es casi una fotocopia de tantos otros. Con ella sucede algo curioso, y es que ni siquiera se intenta cambiar su aspecto. Siempre es ella misma. Por un lado se agradece, pero por otro incide en una monotonía en la que esta película cae con cierta facilidad.
La referencia anterior al Jack Nicholson de Mejor… imposible encuentra una mejor explicación si tenemos en cuenta que el guionista de aquella y de Así nos va es el mismo, Mark Andrus. Pero lo que en el filme de James L. Brooks era atrevido y divertido, aquí es rutinario o simplemente simpático. Se escapan opciones de dar a la película un poso dramático mayor (la escena de la madre de la niña) o de ahondar por una comedia más acusada con los secundarios (bastante intrascendentes todos ellos, quizá con la sana excepción de la ilustre veterana Frances Sternhagen (La gran aventura de Winter el delfín), que sí arranca sonrisas con un personaje cínico). Al final, que haya risas depende únicamente del grado de comedia que hay en los diálogos del propio Douglas. ¿Suficiente? Puede ser desde un prisma poco exigente. Pero sabe a poco con estos nombres tan grandes.
Puntuación: 5 / 10