Uno de los guionista, y directores, más interesantes de los últimos años Taylor Sheridan (Wind River) nos presenta su tercera película, Aquellos que desean mi muerte, basada en la novela homónima de Michael Koryta, quien también ejerce de guionista en la cinta. Protagonizada por Angelina Jolie (Maléfica: Maestra del mal), Nicholas Hoult (X-Men: Fénix Oscura) y Jon Bernthal (Le Mans ’66), entre otros muchos rostros conocidos, Aquellos que desean mi muerte es un producto de estudio, que seguramente se haya remontado varias veces hasta dejar una cinta pasable pero sin alma, que tan pronto acaba, termina olvidándose.
Sheridan, que actualmente ha firmado un acuerdo de 150 millones de dólares para desarrollar series para la plataforma de streaming de Paramount (lo que le convierte en uno de los showrunners mejor pagados de la actualidad) es un tipo al que le gusta dejar su firma reivindicativa en sus guiones y Aquellos que desean mi muerte carece de ella. Es un guión de estudio con sus tres actos bien marcados pero todo ello carece de interés o simpatía salvo en pequeños momentos (aquellos que el personaje principal comparte con el niño de la cinta). Y es que Aquellos que desean mi muerte cuenta la historia de una bombera, algo traumatizada, que sin comerlo ni beberlo debe hacerse cargo de un niño que sabe demasiado durante una tormenta eléctrica que ha desatado un incendio en los bosques de Montana. Y luego está la historia del policía local y su mujer, y la de los asesinos que persiguen al crío… y todo ello se cuenta en escasos 95 minutos. Por lo que la presentación de personajes pasa como un suspiro, el desarrollo de trama se centra en lo sencillo y la conclusión cierra la cinta de manera correcta pero sin llegar a ser grandilocuente.
Y lo mismo ocurre con la dirección. Se nota un atisbo de intentar recrear esa atmósfera silenciosa de Wind River pero en ningún momento lo consigue y a tenor de lo visto en el trailer, y algunas fotos de promoción, la película se ha debido rehacer en la sala de montaje. Si que es verdad que tiene momentos como en el que van cayendo los rayos de la tormenta mientras los protagonistas huyen, o cuando estos se sinceran el uno con el otro, que son plausibles, pero muy lejos de lo visto en su excelente segunda cinta y en el piloto de la serie Yellowstone.
Los problemas de guión y de dirección (seguramente atribuidos al estudio) también hacen hincapié en el reparto. Hay un momento a mitad de cinta donde se puede llegar a dudar si Jolie es la verdadera protagonista de la cinta, ya que Bernthal sale en pantalla casi el mismo tiempo (o incluso más) y es que ambas historias interesan lo mismo. El caso es que la primera resulta bastante sosa y el segundo no termina de convencer, a pesar de ser uno de los actores más solventes de su generación y menos laureado. Podemos afirmar que parte de la cinta se ha quedado en la sala de montaje ya que uno de los actores afroamericanos más populares de esta época, Tyler Perry (El vicio del poder) sale únicamente en un par de planos. Mención especial para el joven Finn Little (Storm Boy) que se ganará la simpatía de la audiencia en cada una de sus intervenciones.
En resumen, Aquellos que desean mi muerte es un encargo fallido con el que ya nos hemos encontrado en varias ocasiones. Tras la buena acogida de su anterior cinta (y los guiones de Sicario y su secuela) esperábamos que Sheridan firmara una buena cinta, pero no es así. Una pena pues la historia, de primeras (y con su excelente tráiler), prometía mucho más. Siendo Warner Bros. su distribuidora quizá haya que entonar el hastag #ReleaseTheSheridanCut
Lo mejor: Que es un producto de rápido consumo (e igual de olvidable).
Lo peor: Seguramente no es la película que su director quería hacer.
Puntuación: 4/10