No James Wan, no party. Así es como se podría llamar a los spin off salidos a partir de las dos entregas de Expediente Warren (The conjuring y El caso Enfield), pues ninguna de las películas paralelas ha sabido estar a la altura (la única, Annabelle creation). La primera Annabelle era mala y La monja no se podía ni considerar película de terror. Pero Annabelle vuelve a casa es un digno producto que sabe mantener el ritmo, la tensión y hacer pasar al espectador un rato realmente divertido. Gary Dauberman (guionista de La monja) es el encargado de escribir y dirigir este episodio que solo busca ser un entretenimiento digno para que el espectador esté dos horas pasando por todos los estados de ánimo posible. Ahora, después de estar en casas ajenas viviendo los horrores de los casos de los Warren, la acción se traslada al domicilio de los investigadores para enseñarlos los horrores que se esconden en la habitación de las pesadillas de los Warren. Y es que la cinta se convierte en una casa del terror realmente terrorífica y divertida.
Es difícil sorprender con una tercera entrega y es más difícil no caer en todos los clichés que el cine de terror actual es capaz de recorrer. Es por eso por lo que esta Annabelle vuelve a casa sorprende al contar una historia interesante, bien construida, con un ritmo endiablado y con alguna que otra sorpresa en forma de susto que hará las delicias de los fans. Así, el convertir la típica historia de casa encantada en una casa del terror, hace que en cada momento queramos ver alguno de los objetos que tienen los Warren guardados en acción, poniendo en serios aprietos a nuestros protagonistas. Y es que Gary Dauberman ha sabido coger lo mejor de trabajar con James Wan y utiliza alguno de sus trucos o su forma de cambiar por completo el cliché de los sustos para cuando menos nos lo esperamos meternos el miedo en el cuerpo. No hay nada en Annabelle vuelve a casa que se haya dejado al azar, todo está conectado y todo conjuga perfectamente. Si que es verdad que hay momentos en los que parece que ciertas cosas se han dejado a la ligera para dar dinamismo a la cinta, pero son cosas que se olvidan pronto debido al gran acierto del resto de cosas.
Ed y Lorraine Warren aparecen únicamente para lanzar la acción, después las auténticas protagonistas son la hija de los Warren y su niñera, y la amiga de la niñera. Ellas serán las encargadas de intentar detener a la muñeca Annabelle y salir con vida de la casa. Y es en este punto donde la película despega y comienza el espectáculo. Cuando las diferentes criaturas encerradas en la habitación de los Warren comienzan a aterrorizar a las protagonistas. Hay uno en especial, el barquero, que es posiblemente una de las mejores secuencias en el cine de terror de los últimos años. Una barbaridad de puesta en escena, juego con las luces y tiros de cámara. Pero también están los momentos que más sacan de la cinta, como la aparición de un hombre lobo completamente digital o la cantidad de niebla que se ve para el aviso de la aparición de los monstruos. El resto es pasable, pero ese momento echa para atrás. También hay que agradecer el toque de humor que tiene la cinta, pues siempre todo tan oscuro y dramático generaba.
En definitiva, Annabelle vuelve a casa es un disfrute tanto por terror como por divertimento dentro de una sala de cine. Deja un poco de lado el espectáculo de sustos que se intenta montar algunas veces por ser más thriller de terror. Los sustos están bien medidos y consiguen su objetivo. Tiene toques de humor bien introducidos y que desahogan un poco el drama principal. Posiblemente, junto con Annabelle creation, sea el mejor spin off de la franquicia de los Warren. Esperando ya con ganas el siguiente capítulo del “Warrenverso”.
Puntuación: 8/10