Parece que se esta convirtiendo en una tónica habitual esto de que la secuela de un éxito de terror supere al original, ocurrió con Ouija: El origen del mal, secuela del esperpento Ouija, y ocurre ahora con Annabelle: Creation, secuela de la olvidable Annabelle, que amplía el universo creado con Expediente Warren: The Conjuring. ¿Dónde radica lo bueno de esta nueva tendencia? En contratar a directores más o menos solventes. En el caso de Ouija: El origen del mal fue el imparable Mike Flanagan (El juego de Gerald) y en el de esta Annabelle: Creation el interesante David F. Sandberg (Nunca apagues la luz). La fórmula de la cinta es muy básica, casi se puede decir que repite la estructura de las cintas del matrimonio Warren, pero con la diabólica muñeca de protagonista. Los televisivos Anthony LaPaglia (Riviera) y Miranda Otto (24: Legacy) son los rostros más conocidos de un reparto plagado de jóvenes asustadizas.
Annabelle: Creation es un precuela de Annabelle, donde se nos cuenta el origen de la tenebrosa muñeca. Unos padres pierden a su hija en un accidente de tráfico y 12 años después han montado en su casa un hogar para huérfanas. Como no puede ser de otra manera, los sucesos paranormales se apoderaran de la casa y sus habitantes, dando lugar a un festival de sustos y carreras. La cinta tiene una estructura básica que funciona, y quizá lo mejor de todo es que consigue entroncar perfectamente con la original, algo que es de agradecer. No revoluciona el género pero entretiene en casi sus dos horas de duración. Es mejor abstenerse de ver los diferentes tráilers (en especial el último), pues no solo revelan sustos sino que también cuentan todos los giros dramáticos.
Quien convierte Annabelle: Creation en un producto digno es su director David F. Sandberg. Durante su primera hora se ciñe en presentarnos a los personajes y sus conflictos, para después dar rienda suelta a un carrusel de escenas de tensión y terror muy plausibles. Sandberg se limita a mostrar todo aquello que luego va a usar para asustarnos y siguiendo los pasos del productor de cinta, James Wan (Fast & Furious 7), intentan acongojarnos sorprendiéndonos en el último momento. Muy interesantes resultan las secuencias del la silla elevadora o el momento granero con un espantapájaros (una secuencia que claramente hace referencia a su ópera prima Nunca apagues la luz).
El reparto esta compuesto en su mayoría por un puñado de jóvenes apenas conocidas salvo Lulu Wilson (Líbranos del mal) y Talitha Eliana Bateman (La quinta ola), que hay que alabar la interpretación de cada una. La primera por su cambio radical frente al papel que tenía en Ouija: El origen del mal (otro elemento que emparenta a ambas películas y ya van unos cuantos) y la segunda por su evolución de personaje, pues pasar de ser víctima a verdugo de una manera muy interesante. LaPaglia y Otto están en la cinta para atraer a un público más adulto y responder a muchas de las preguntas que se hace el espectador a lo largo del metraje.
En resumen, Annabelle: Creation es una secuela que supera con creces al original con una formula similar a la mostrada en cintas del mismo universo. No inventa nada nuevo, pero lo que cuenta lo hace bien y entretiene. Además, siguiendo los pasos de Marvel Studios, comienza a introducirnos personajes que veremos en próximas cintas de este universo como La monja.
Lo mejor: Su ritmo, sus sustos, sus guiños…
Lo peor: Parece más una cinta de casa encantada que de muñeca diabólica (que no es malo, pero no va acorde con su título).
Puntuación: 7/10