La fama es un arma de doble filo. Y son muchos los artistas que la sufren. Paparazzis. Excesos. Familiares que solo miran por ellos. Y eso hace que al final el destino sea fatal. Amy Winehouse estaba llamada a ser la gran diva moderna del jazz, pero la fama, los excesos y los aires de grandeza de quienes la rodeaban hicieron que su vida acabara demasiado pronto. Y todo esto se ve perfectamente reflejado en Amy, el documental que sirve como adiós de una de las voces más importantes que han pasado por el mundo de la música en los últimos años. Amy es un documental emotivo, duro y que consigue convencer en sus dos horas de duración.
Amy no desarrolla su acción en los 27 años de vida de la cantante. Amy arranca con la joven en plena adolescencia, muy cerca de la mayoría de edad y a punto de convertirse en la estrella británica más importante de aquellos años. Desde este punto Asif Kapadia (Senna) enlaza de manera perfecta todos los momentos importantes en la vida de Amy. Tanto es así, que incluso las canciones más importantes y emblemáticas de la artista se convierten en hilo conductor, ejemplerizando con las letras de las canciones (y dejando ver lo buena letrista que era) como era cada momento de su vida. Rehab, Back to black, Love is a losing game o Stronger than me. Todos ellos introducidos de forma perfecta dentro de la historia.
Y es que aunque la gente pueda decir, que gran canción, que gran artista, el documental se encarga de dejar ver que esas canciones eran algo más que unas simples canciones introducidas en un disco. Y es que todas y cada una de ellas hacían ver que la cantante no estaba realmente bien. Pero para darse cuenta de ello no hace falta esto, pues el documental, que ha intentado ser vetado por su familia, deja retratados a cada uno de sus miembros: Su madre, ni voz ni voto; Su padre, la fama y el dinero por encima de todo o su marido, el que la metió en el mundo de la droga. Algunos de estos elementos, que yo desconocía, han hecho que Amy ascendiera y no se quedara en solo el típico documental sobre la vida de una persona.
Y aunque la cinta no se hace larga, si es cierto que podría haberse recortado en algunos tramos, pues las casi dos horas y diez minutos que dura la película hacen que en algunos momentos pueden hacerse pesados a más de uno, pero quienes disfruten de Amy como se merece el tiempo pasará volando, como me ha ocurrido a mi. Amy es un documental excepcional. Retrata perfectamente la emoción y la vida de Amy Winehouse. Una lástima que solo exista este documental, y no otro donde siguiésemos disfrutando de su música.
Lo mejor: Saber de verdad la historia de Amy Winehouse.
Lo peor: No tiene grandes puntos negativos, pero la duración puede ser excesiva.
Puntuación: 8/10