Nos encontramos ante la cuarta entrega de una saga que ya nació defectuosa. Criticas aparte, el producto es barato y funciona, pues no hay otra explicación para Alvin y las ardillas: Fiesta sobre ruedas llegue a la cartelera. Esta secuela (que han decidido añadirla un subtítulo en vez del 4 que ahora le toca) es más de lo mismo pero rozando la vergüenza ajena en algunos momentos (¿qué hace el director John Waters paseándose por esta película?). Dirige Walt Becker (Dos canguros muy maduros) y vuelve a estar protagonizada por Jason Lee (Casi famosos) y las ardillas que responde a los nombres de Teodoro, Simón y Alvin.
Simon, Alvin y Theodore en Alvin y las ardillas: Fiesta sobre ruedas
El caso es que ahora el papa adoptivo de las tres ardillas ha decido poner una mujer en su vida. Esta viene con un adolescente bastante rebelde bajo el brazo. Y a las ardillas esto nos le parece una buena idea. El papa adoptivo va a proponerle matrimonio a la susodicha en Miami, y claro, las ardillas deberán impedirlo. La trama es eso, un viaje donde los roedores deberán colaborar con el adolescente para impedir la relación. Lo que les ocurre por el camino es bastante dantesco y rememora momentos de películas emblemáticas como Mejor solo que mal acompañado o Huida a medianoche pero con las ardillas. Los chistes de caca, pedo, culo, pis… no podían faltar, aunque ya cansas. Los peques de la casa lo pasarán “pirata”, y los adultos no se aburrirán, pero si se sonrojaran ante la vergüenza que producen Alvin y sus colegas en algunos momentos.
Becker convierte la película en una sucesión de escenas con cameos y números musicales de por medio. Alvin y las ardillas: Fiesta sobre ruedas arranca con Redfoo (la mitad del dúo LMFAO) presentando su nuevo single Juicy Wiggle, pero no contento con eso, la ardillas entonan varios clásicos actuales como el Uptown Funk de Mark Ronson con Bruno Mars. Los cameos son igual de delirantes que el anunciado en el primer párrafo y no seguiremos desvelándolos para que los espectadores sean sorprendidos.
Simon, Alvin, Theodore y Jason Lee en Alvin y las ardillas: Fiesta sobre ruedas
Jason Lee se dedica a ser Jason Lee pero en plan padre de tres ardillas virtuales que en ningún momento están con él en el plato. Lo difícil es no ser tan ridículo como ellas, y eso, lo consigue. Peor suerte corre su compañera de reparto Kimberly Williams-Paisley (Nashville) que para saber que es medico, el director se empeña en ponerla constantemente con un estetoscopio (aunque vaya a una cena de gala o a jugar al golf). Ella tampoco es que sorprenda, pues parece que su cara solo tiene dos registros, feliz y sorprendida. De las voces de las ardillas no hay nada que objetar, son las mismas voces de pito de anteriores entregas. Su sonido al principio resulta taladrante pero una vez que llevamos media película nos acostumbramos.
En resumen, Alvin y las ardillas: Fiesta sobre ruedas no será la ultima entrega de estos personajes, pues es una formula barata y rentable. Que sea bueno o malo lo deberían juzgarlo los más peques, pues por muy malo que sea el producto, ellos son los que tiene la ultima palabra cuando se les lleva al cine.
Lo mejor: No aburre.
Lo peor: Los chistes de caca, pedo, culo, pis… ya «huelen».
Puntuación: 2/10
Para estar al día, Suscríbete!! 
LBM Diseño Web