Intentar hacer un thriller diferente a todo lo que se ha visto ya es bastante complicado y, Al final del túnel, es otro más. La idea de base es buena, los actores son buenos, la dirección también pero el guion es previsible desde el primer minuto hasta el último. Rodrigo Grande (Cuestión de principios) intenta darle peso a su cinta con una historia de ladrones y misterio cogiendo referencias como Alfred Hitchcock (La ventana indiscreta) o Quentin Tarantino (Los odiosos ocho), pero que se queda a medio gas al intentar hacer algo diferente y presentando un final un tanto forzado a todo lo que la cinta nos ha ido mostrando a lo largo de su metraje. Tiene partes muy buenas otras, simplemente, el tiempo no pasa.
Rodrigo Grande arriesga mucho al presentar únicamente un escenario en donde se realizará la acción. Lo complicado de rodar en una única ubicación es no dotar a la cinta del ritmo necesario o ritmo que si te daría ir a otras ubicaciones. Aquí el director se siente a gusto moviendo la cámara a su antojo y convirtiendo la casa en un personaje más, sobre todo en su parte final. La tensión que también sabe generar está muy bien conseguida en cuanto a la parte del túnel se refiere, en donde siempre acabamos sufriendo a medias por si los malos pillan a nuestro héroe intentando hacerles fracasar el golpe. Estos momentos son los que mejor están conseguido, pero lo malo de Al final del túnel es que es una cinta que se ha podido ver miles de veces.
Cuando la cinta entra en materia se convierte rápidamente en otra cinta de gatos y ratones en donde el protagonista siempre tiene las de ganar y, aunque el guion se empeñe en ponerle trabas, al final siempre consigue sacar adelante sus planes. Y eso hace que desconectes de la cinta. Tampoco ayuda tener a una niña pequeña en ella ¿Por qué siempre parecen niños que solo quieren fastidiar? Aquí la pequeña se convierte en un incordio más y no ayuda en nada. Y otra cosa ¿Por qué Clara Lago (Ocho apellidos catalanes) tiene que poner acento argentino? Y sus decisiones o formas de actuar están cogidas con pinzas. Todo esto, junto con los tramos realmente innecesarios y aburridos, hacen que la cinta sea pasable sin más. Y aunque el guion haga que Clara Lago sufra con su personaje, si es cierto que todos los interpretes están muy bien. Leonardo Sbaraglia (Relatos Salvajes) da otro recital interpretativo y sin él la cinta no hubiera salido tan bien airosa.
Al final del túnel es un ejemplo de thriller que intentaba ser diferente pero que es lo mismo que hemos visto en muchas ocasiones. Rodrigo Grande hace una gran labor tras las cámaras y la puesta en escena, pero el guion, que arriesga poco, hace que la cinta acabe siendo una más del montón. Una pena porque podría haber sido algo realmente grande y bueno.
Lo mejor: Leonardo Sbaraglia y la dirección de Rodrigo Grande.
Lo peor: Es previsible y en algunos momentos, aburre.
Puntuación: 5/10