Empiezo diciendo que desde hace meses estaba interesado en ver esta película. Imaginaba que tratándose de una película que mezcla la magia con los robos y los típicos atracos que rozan la inverosimilitud, sería digna de una oportunidad. Además, Ahora me ves… parte con una baza importante como es su reparto. Plagada de estrellas, la cinta quiere atraer al público de la misma manera que lo haría un mago.
La cosa es que al final, ni mucho fu, ni mucho fa. Si contara cosas acerca del argumento de Ahora me ves… ya me la estaría cargando, así que mejor no hablo. Sin embargo tengo que decir que para mi es innegable que tienen muchos puntos fuertes y sinceramente dignos de admiración. De hecho, a mi me resultó entretenida hasta que se iba llegando a ciertas partes en las que un servidor prefería mirar para otro lado. Como digo, es un film que va directo al entretenimiento, por eso insisto en que el reparto es su única baza para hacer algo serio en taquilla. En fin, no me gustaría cebarme con Ahora me… ves por que al contrario que a los señores del New York Times, The Hollywood Reporter o Variety, a mi no me ha parecido tan bodrio.
En la silla de dirección se sienta Louis Leterrier, responsable de las dos primeras entregas de Transporter, Danny the Dog o El increíble Hulk con Edward Norton (El club de la lucha). Particularmente no es que me encante, pero no creo que la dirección de la película sea uno de los fallos más graves. Puede que al principio y a mitad de la cinta, que es cuando la acción está más “a flor de piel”, la cámara acabe mareando un poco. Otros aspectos a “apalear” aunque sea solo suavemente, ya que dije que no iba a hacerlo mucho, es esa intrusión del amor en la cinta. No pinta nada y no sé porque en algunas películas donde el amor no es necesario lo siguen metiendo a capón. No puede faltar la escenita cariñosa, pero que en realidad sobran. También hay trucos que desentonan mucho en la trama. De lo buenos y trabajados que son unos cuantos, otros parecen sacados de los «pasillos de Hogwarts», y no pega absolutamente nada. Y si, acaba aquí mi mini-linchamiento gratuito.
Son 115 minutos que por unas cosas o por otras pasan de una manera más ligera de lo que cabría esperar. Durante todo ese tiempo la intención es introducir al público en una tela de araña, una red en la que engancharle hasta que el truco es desvelado al final de la película. Sin embargo, es posible que la trampa sea demasiado fácil de esquivar para los más listos. No hay que hacer un máster en magia para darse cuenta de determinadas cosas. Con todo y con eso, y aunque no vaya pasar a la lista de películas a recordar, yo salí de la sala con un buen sabor de boca.
Y del reparto, pues ¿qué decir?. Soy bastante fan de casi todos. Jesse Eisenberg (La red social) no es que varía mucho en el registro de sus personajes habituales, pero me hace gracia el chico, es inevitable. Woody Harrelson (Bienvenidos a Zombieland) siempre cumple, y Dave Franco (Infiltrados en clase) apunta maneras que no extrañarán a quien crea en la genética. Isla Fisher (El gran Gatsby) deja ver asomar su cabeza entre tanta estrella consagrada, y a veces el intento tiene sus frutos. Mark Ruffalo (Los vengadores), Mélanie Laurent (Malditos bastardos) y compañía no lo hacen mal pero no destacan más que los demás. Eso sí, para Michael Caine (El caballero oscuro) y Morgan Freeman (Oblivion) no hay palabras porque creo que ya está todo escrito, leído, dicho y oído. Estelares.ç
Lo mejor: Su reparto y alguna que otra escena a mitad de la película.
Lo peor: Algunos de sus trucos que se escapan al estilo de la cinta.
Puntuación: 6/10
Ficha artística y técnica