A propósito de Llewyn Davis: Mucha nieve, un gato y unas pocas canciones

Los hermanos Coen (Fargo) ponen la nota musical a este invierno con su última obra: A propósito de Llewyn Davis. Muchos fans de estos dos cineastas de Minneapolis esperábamos ansiosos el estreno de su nueva película, y por fin ha llegado. Son unas fechas con una competencia en taquilla asegurada, pero el meterse de lleno en los Oscar, Globos de Oro y Bafta es una mera costumbre para ellos. Todo buen aficionado al cine sabe que los Coen son el cine personificado. De sus cabezas, que al dirigir funcionan como una sola, han surgido espléndidos guiones, que han dado lugar a argumentos tan dramáticos como desternillantes. Se sincronizan, se complementan, y que sepan tan bien lo que quieren hacer, a menudo da un brillante resultado. Además, han sabido también sacar partido a historias no propias, como en No es país para viejos, o como en el remake de Valor de ley.

Oscar Isaac en A propósito de Llewyn Davis

A propósito de Llewyn Davis trata de un músico de folk del Greenwich Village de Nueva York. Sobrevive con lo que puede, sin un abrigo en crudo invierno, durmiendo en casa de algunos amigos, pidiendo dinero a gente de confianza… pero siempre con su guitarra al hombro. Es una historia dura y bella a la vez, donde no se dice nada y se dice todo, y acabas abandonando la sala con una calidez que te provoca, pese a todo, una sonrisa en los labios.

Joel y Ethan Coen nos ofrecen escenas llenas de música y drama. Algunas te invitan a llorar y otras, en cambio te hacen mover la pierna a ritmo de folk. Si tengo que sacar algo agrio de la película, sería que aunque la cinta tiene 105 minutos de duración, hay alguna secuencia prescindible. En cualquier caso, A propósito de Llewyn Davis posee una de las mejores bandas sonoras que he escuchado en años, compuesta por muchos temas clásicos como The Auld Triangle o Five Hundred Miles, recreando así el auge musical de Nueva York a finales de los años 50.

Oscar Isaac y Justin Timberlake en A propósito de Llewyn Davis

Quien sin duda le da ese gran toque a la película es Oscar Isaac (El legado de Bourne). El actor natural de Guatemala da una clase magistral de interpretación. Muchos afortunados que vieron una copia en Cannes ya hablaban maravillas de él, pero yo, sin muchos motivos, me mostraba reticente a creer tanto elogio. Lo cierto es que lo hace de una manera sobresaliente, mostrando tal y como sería un Llewyn Davis si lo hubiera. Lo bueno es que no piensas en el actor de primeras, si no en el personaje. Estoy seguro de que tendrá una plaza entre los nominados a los próximos Premios Oscar y Globos de Oro, entre otros muchos galardones. Los demás actores son de primera clase: Carey Mulligan (Drive), tan profesional como otras tantas veces; Justin Timberlake, que no lo hace mal en esta oportunidad de trabajar con unos grandes que le ha brindado el cine; F. Murray Abraham (Amadeus), que aún con un pequeño papel se hace notar… Esos solo son algunos. También por supuesto destacar al gran John Goodman (Argo), que como uno de los actores fetiches de los Coen no podía faltar.

No cabe duda alguna que A propósito de Llewyn Davis es una gran apuesta para ir al cine. Merece mucho la pena pasarse y pasar un rato agradable escuchando unas canciones que te transportan a los viejos tugurios del Greenwich Village. Su Gran Premio del Jurado en Cannes avala a esta joya de los hermanos Coen, así que titubear a la hora de elegir en cartelera no es una opción.

Lo mejor: Otra obra maestra salida de la cabeza de los hermanos más aclamados del cine actual. Oscar Isaac y su gran actuación como Llewyn Davis.

Lo peor: El posible Déjà vu que causan algunas secuencias. Pero sin importancia.

Puntuación: 8/10