Es de agradecer que algunos productores y directores españoles se preocupen por intentar atraer a las masas a las salas de cines, pero eso no es motivo para olvidarse de intentar, a su vez, hacer buen cine. 3 metros sobre el cielo llega a la cartelera dispuesta a reventar la taquilla: chicos guapos, chicas estupendas, carreras de motos, música potente, y una historia basada en una novela de Federico Moccia, un romántico empedernido que vende muchísimos libros de historias de amor.
Fernando González Molina, director de la taquillera Fuga de cerebros, vuelve a dar con las claves para hacer una película comercial e intenta atraer a la audiencia con mucho ruido y pocas nueces, es decir, una dirección que parece muy potente y arriesgada, pero realmente no lo es. Su truco es hacer de la película un anuncio de casi dos horas, atención a los momentos coca cola, donde el ritmo es bastante irregular y algo lento. También es consciente lo que la audiencia quiere y por eso nos da una buena ración del cuerpo “serrano” de Mario Casas.
La historia de chico malo y rebelde, por que mi familia me ha hecho así, se enamora de chica con ansias de vivir la vida, ya esta muy vista. Recuerda mucho a las películas americanas de los años 50, donde el chico se jugaba la vida en carreras de motos para demostrar que era el más duro, y la boba de turno caía a sus pies rendida. Los diálogos son para niños con acné y las situaciones son de lo más visto en pantalla, atención a la conversación entre Mario Casas y el padre de María Valverde en un bar, no tiene precio.
Mario Casas, actor que ya trabajo a las ordenes de González Molina en Fuga de cerebros y la serie Los hombres de Paco, demuestra que le queda mucho camino por recorrer, pues en los momentos que hace de matón lo borda, pero cuando la película se pone mas romántica se limita a poner carita de circunstancia. Apuntar que es el actor español que más atrae a la gente en taquilla, sus dos últimas películas han sido número uno y esta también lo será. María Valverde (Melissa P.) engatusa a la cámara con su mirada de niña buena y borda un papel de niña pija que quiere ser rebelde sin despeinarse.
En resumen, la película esta llena de clichés y tópicos, no es novedosa. Solo por intentar hacer un producto para sacar dinero se merece un respeto, ya que en este país pocos son capaces de entender que el cine también es un negocio.
Lo mejor: La intención de reventar la taquilla.
Lo peor: El plano de Coca-cola.
Puntuación: 4/10
Ficha artística y técnica